Querida Ana...
No sé si agradecerte o lamentarme el haberte conocido.
Simplemente no sé cómo explicar cómo me siento.
Son sentimientos muy confusos, es entre odio y satisfacción lo que tú me provocas.
Esos malditos sentimientos que me hacen sentir bien.
Me hiciste creer que vomitar hasta donde vaciara todo me hace ver bonita y lo creo.
Los chicos se me acercan más por qué dicen que soy más linda y que ahora estoy más delgada.
Te agradezco eso, pero lo que no te agradezco es el que siempre paso hambre. Tengo siempre hambre, me siento debil y siempre vómito aunque no tenga nada en mi estómago.
Eres horrible en ese sentido.
Gracias a ti ahora no puedo verme en es espejo por lo horrible que soy.
Gracias a ti me pasó horas llorando por como me veo y viendo mi cabello caer poco a poco.
Gracias a ti pasó abrazada al retrete mientras vómito y me lamento por haber caído en ti.
Gracias a ti mis huesos son más débiles y mis uñas se caen.
Me duelen los huesos.
Por ti, ahora mismo estoy en el hospital ya que me desmaye en el colegio y tuvieron que llevarme al doctor.
Tengo leucemia...
Mi madre llora desesperada ya que siempre me escucho pero nunca pensó que me haría tanto daño.
Mi padre está en estado de shock y no puede moverse. Intenta darle palabras de aliento a mi madre pero simplemente se queda pensando en cuanto me descuido para que tuviera que pasar eso.
Mi hermano me abraza mientras me dice que todo estará bien.
Creen que soy tonta y por eso me lo dicen pero...
Sé que estoy perdida.