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Tras la presentación, Tae y Nam se quedaron conversando con Hoseok y revisaron el contrato que el fotógrafo debía firmar.
Concluida la reunión, salieron de la amplia oficina encontrándose con Jungkook y Yoongi riendo al final del pasillo sobre algo que estaban viendo en su celular, pero en cuanto el menor se percató de que se acercaban, lo dejó de lado para acercarse tímidamente  a Taehyung.

—Hola, soy Jungkook el...— Quiso presentarse.
—El cantante. Lo sé. — completo Taehyung riéndose por la forma nerviosa en la que intentó presentarse.
—Sí. Muchas gracias por aceptar, la verdad es que a mí me encanta su trabajo— agregó el menor rascando su nuca con nerviosismo.
— Podría decir lo mismo—  Tae río mostrando su espectacular sonrisa cuadrada al chico que no podía salir de su asombro.
—¿Qué?
—Eso. Escuche tu álbum y me parece excelente. Me ayudó mucho para definir el concepto del proyecto. Muy inspirador— concluyó con una mueca afirmativa.
— Oh... Muchas gracias, es decir, valoro mucho su opinión y.. No sé que decir. — Jungkook río subiendo sus hombros tímido. Tae lo observó divertido y enternecido con aquel simple acto.
Taehyung tras observarlo mas de cerca encontró a ese muchacho de voz angelical realmente interesante y, por alguna extraña razón, conocido.

—¿Cuando comenzaremos con las sesiones, señor Kim?
— ¡Aish! no me digas 'señor' que me siento un anciano. No tengamos formalidades ¿Quieres? Solo llámame Tae.
—Bien— aceptó riendo por el comentario de su mayor.
—Las sesiones empezarán este miércoles, pero debemos viajar mañana.
—¿Viajar?



Era miércoles por la tarde y todo el equipo se encontraba listo para iniciar con la sesión.

—Muy bien. Esta noche tendremos cuarto menguante, así que comenzaremos con esas. ¿Todo listo?

Tae dirigía a los ayudantes que preparaban la escena.
Pronto, el ahora desierto acantilado, se encontraba ambientado por flores y tenues luces por debajo para lograr que los pétalos se iluminen y resalten ligeramente por sobre aquel último rastro de atardecer. 
La bellísima luna quedaba a la altura de aquella elevación de tierra, dejando al inmenso océano y su tranquila playa como fondo.
Tae veía con satisfacción como iba quedando la escena, pero obviamente le faltaba su protagonista: Jungkook.

Con cámara en mano, Taehyung hizo la señal para que el menor ingresara al pequeño y natural set.
Sus ropas blancas de seda liberaban un brillo casi celestial a la contraluz de la clara y fría luz de luna que asomaba.
Jungkook se sentó y acomodó cuidadosamente entre las flores, entonces su dulce rostro se vio ligeramente iluminado por las luces debajo las flores y los rastros de luz de sol que quedaban.
Aquel contraste de luces y el acompañamiento de los elementos lograba transmitir lo que Tae buscaba.

Jungkook era la personificación de la luna; un ser solitario, brillante en espíritu, pero apagado y frío a simple vista. Sin embargo cuando encontraba a esa persona especial, el amor ahora representado por las flores,  se veía atraído y deseoso por retener y hacer crecer aquella calidez y sensación de felicidad.

Tras la lente de la cámara Tae parecía deslumbrado por lo que capturaba. El perfil ligeramente sonriente de Jungkook mirando hacia las brillantes flores, su rostro mitad iluminado por la fría luz de luna y el aura que esta proyectaba sobre su cuerpo, le gritaba que mirara con más detenimiento. Era como si la misma luna detrás de él le señalara, cual cartel de neon, la belleza de ese chico que ya una vez le había robado el aliento.
Gracias a que lo inspirara nuevamente a ponerse detrás de una cámara, Taehyung pudo reencontrarse con la razón de su mas amada profesión. Jungkook era él. Jungkook era ese chico que le había dado el mejor paisaje para fotografiar una vez en el lago y ahora lo lograba de nuevo. Y esta vez podría hacer más que solo imaginar lo que ocurriría después.

PAISAJE [•TAEKOOK•]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora