Primary Instincts |STONY|

7.- Inicio

Esperaba que todo aquello fuera una horrible pesadilla, pero no, realmente estaba allí, atrapado, en su propia torre y junto a uno de los héroes más fuertes y nobles que había conocido la humanidad.
Aunque para el de menor estatura, tan solo era un agente más que le privaba de, básicamente, hacer lo que le salieran de sus pelotas de acero.

Ya era el segundo día que permanecía despierto, y cómicamente, encarcelado entre esas cuatro paredes mientras un rubio moribundo seguía sumido en un profundo sueño.

Steve no había mostrado ni la más mínima intención de abrir sus zafiros ojos, su tranquila respiración acompasaba a la maquina que seguía midiendo su ritmo cardíaco de manera eficiente eran de los pocos sonidos que se escuchaban en la habitación, además de los suspiros de molestia del alfa Tony y sus intentos infructuosos por llamar a la puerta y que alguno de los agentes que la vigilaban se apiadaran de su situación, y le permitieran salir aunque fueran unos minutos. Tendría tiempo de idear un plan para escapar luego, ahora la momentánea libertad era más anhelada.

— ¿¡Hasta cuando voy a tener que permanecer aquí encerrado!? — De nuevo Tony gritó al aire, no recibiendo respuesta alguna del exterior, tan solo un intenso pitido que provenía de uno de los ínter comunicadores previamente instalados en la habitación.

— Cuanto más te quejes, Stark, más tiempo pasarás en aislamiento. — Respondió la voz de un hombre, claramente conocía al científico dueño de esa voz.

— ¿Me lo va a impedir un alfa como tú? ¡Me aburro, quiero salir! — Se quejó de nuevo, cayendo dramáticamente sobre su parte de la cama. Daba gracias que al menos le hubieran obsequiado con un par de prendas cómodas. Ir con el trasero desnudo y sus partes nobles al aire no le hubiera disgustado, si una hermosa mujer hubiera estado en su compañía. — ¿Avisaron a Pepper de que estoy aquí? ¿Reportaron mi desaparición? ¡Déjenme salir!

— Tony, deja ya los berrinches. No eres un niño de cinco años. Te recuerdo que tienes una grave herida en proceso de sanación. Conociéndote, no dudaras en encerrarte en tu laboratorio para crear nosequé cosas, o huir. No es que seas muy responsable, es por tu propia seguridad.

— Banner — Respondió el alfa menor a la voz. — No soy un niño, y si aún así fuera. . . ¡¿Por qué debo estar encerrado con Rogers?! ¿No podría tener una habitación propia? De verdad juro cumplir al pie de la letra sus indicaciones, Doctor Banner ¡Pero quiero salir!

— La razón por la que se encuentra encerrado con el capitán aún no puede ser revelada, pero no se apresure, se le informará a su debido tiempo, Anthony.

— ¿Cómo que a su debido tiempo? ¡No puedo esperar a que la bella durmiente abra los ojos! Necesito explicaciones ah. . . — Sin embargo, las explicaciones de Anthony tuvieron que ser detenidas cuando un fuerte aroma se esparció por la habitación, violando sus fosas nasales sin ningún tipo de pudor.

Anthony tuvo que retroceder unos pasos debido al mareo, y cubrir con la manga de su sudadera el intenso aroma presente entre aquellas cuatro paredes. Aquel inexplicable olor no era el único suceso extraño en la habitación, la maquina conectada al rubio que medía sus signos vitales se había descontrolado de gran manera, el cuerpo de Steve tembló unos segundos, hasta que la máquina dejo de funcionar y su cuerpo volvió a quedar inmóvil.

De sus labios escapó un quejido ahogado, y pestañeó varias veces hasta que por fin sus azules orbes se abrieron, cerrándose al instante, incapaces de acostumbrarse a la intensa luz del sol, que incluso poniéndose el atardecer, cegaba sus ojos luego de tantos días en penumbras.

Steve intentó mover sus extremidades con dificultad, y en el proceso deshaciéndose de todos los cables que cubrían su cuerpo, no consciente de que estos estaban allí, hasta que se incorporó en la cama, quedando medio acostado. Su vista borrosa apenas podía diferenciar unas cuantas figuras, y por mucho que intentó enfocar la vista esta no reaccionaba, haciendo imposible para el rubio omega diferenciar que objetos tenía al rededor. Exceptuando uno.