-¿Somos amigas?-Algo así.

Viaje

Era inexplicable la felicidad que desbordaba por los poros del cuerpo de Camila a lo largo de aquellos días. Ya era jueves por la mañana pero no muy temprano, de hecho ya se acercaba la hora del almuerzo y la más pequeña estaba en su departamento con sus amigos chequeando que no le faltara nada en su equipaje.

El martes, después de salir del hospital, Camila les había comentado a sus amigos que tenía pensado viajar a Miami para darle la noticias a sus padres y de paso para mostrarle la ecografía a Austin, ya que el chico no pudo estar presente en ese momento.

Vero y Dinah fueron los primeros en anotarse para acompañar a la joven a Miami, a pesar de que en aquel lugar estaban sus respectivas ex parejas. Natalia no dijo nada por que, si bien era prima de Brody, no tenía nada que hacer en aquel momento que era enteramente privado de Camila. Por otro lado, Brody expreso sus dudas al respecto, él era uno de los posibles padres de los gemelos, por lo tanto debería estar presente cuando Camila se lo dijera a sus padres, pero tampoco queria agobiar a la más pequeña. Si ella quería que él estuviera a su lado en ese momento, él estaria, sino era asi se quedaría en New York a buscar un empleo más adecuado del que ya tenía.

Al igual que Natalia, Lauren tampoco dijo nada, simplemente bajo la mirada. Otra vez estaba manteniendo esa batalla interna donde corazón y cerebro querían salir vencedores al mismo tiempo. Solo basto una mirada de Camila para que el cerebro de Lauren quedara moribundo tras la paliza que le dio su corazón. Fue una mirada que decía todo y nada a la vez. Una mirada que expresaba lo mucho que Camila deseaba que Lauren realizara aquel viaje con ella y lo imposible que se hacía la joven de ojos verdes resistirse a aquello.

Quería, deseaba y necesitaba a Lauren a su lado. Quería que la tomara de su mano como lo hizo en aquella sala de hospital mientras miraban juntas a los Cabello Twins, como los bautizo Vero. Deseaba mirar ese brillo de felicidad en los ojos verdes de Lauren de nuevo y necesitaba recordarse con urgencia que lo único que las unía era una hermosa amistad, una hermosa y dolorosa amistad.

-¿Tienes todo listo, Dinah?- cuestiono Vero sacando a Camila de sus divagaciones. -No quiero tirarte del avión en pleno vuelo cuando te pongas a llorar por qué te olvidaste de alguna de tus apestosas cremas.-

-Tengo todo, Vero- respondió la chica rodando los ojos -¿Tú tienes todo, Mila?-

-Si, tengo...- la respuesta de Camila se vio interrumpida por el sonido del timbre.

-Debe ser Jauregui, yo atiendo- anunció Vero caminando hacia la puerta, pero una pequeña mano la detuvo.

-Yo iré- contradijo Camila sin mirar a su amiga, por qué estaba segura que estaba sonriendo con picardía.

Y no se equivocaba, Vero camino hasta Dinah con una sonrisa diabólica en los labios y se posiciono al lado de la chica que se encontraba con los brazos
cruzados y una ceja levantada acompañada de la misma sonrisa que Vero.

Camila sentía como le sudaban las manos y le temblaban las piernas. Casi en cámara lenta abrió la puerta abrió la puerta y su corazón bombeo descontroladamente cuando del otro lado se encontró con la joven de ojos verdes que se estaba apoderando de toda su cordura y compostura.

-¡Camz!- saludo Lauren con entusiasmo, dejando su equipaje a un costado y estrechando a la más joven entre sus brazos.-Te extrañe, perdón... los extrañe.-

Era verdad lo que decía Lauren, solamente habían pasado dos días sin ver a Camila pero aun asi a ella le pareció una eternidad, soñaba con volver a tenerla entre sus brazos nuevamente, con respirar el aire al rededor de la más pequeña por qué este estaba cargado del perfume de Camila y eso le gustaba.