Familia Completa

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Lauren caminaba por los pasillos de su nueva universidad con su bolso y algunos libros entre sus brazos. Tres semanas habían pasado desde la última vez que vio a Camila Cabello en persona, dos desde que pidió su transferencia de Yale a Columbia y una desde que asistía a clases en dicho lugar. Gracias a su desempeño académico y sus notas elevadas pudieron llevar a cabo todo aquello. Ahora allí estaba, caminando por los pasillos de su nueva universidad con la sonrisa más grande que sus preciosos labios rosados podrían formar. No sabía la razón del por qué sonreía de esa forma, pero le gustaba hacerlo.

Ya era viernes, había asistido a su última clase de la semana y ahora se dirigía hacia su dormitorio para dejar su material escolar y luego llamar a Vero para ir de compras. Su amiga era la única que sabía de todo aquello sobre su transferencia. Hacia una semana que estaba en New York y la única que lo sabía era Vero. Lauren le había pedido específicamente que no le dijera nada a Camila, quería ser ella quien le diera la noticia.

-Hola Lauren. Acaba de llegar una chica y está en la habitación esperándote-le informo su nueva compañera de dormitorio saliendo de dicho lugar-No me esperes está noche que no vendré a dormir, me quedo en lo de Erik. Nos vemos el lunes.-

-Descuida, Natalia. Nos vemos el lunes-se despidió Lauren-Que tengas un buen fin de semana.-

Natalia solamente la abrazo y se fue. Su compañera de cuarto era alta con el cabello negro azabache, sonrisa encantadora, nariz larga y fina, cintura y caderas bien marcadas. Era atractiva en todos los sentidos. Quien la viera por primera vez pensaría que era una mujer engreída e insoportable, por qué su semblante demostraba todo eso, de hecho Lauren lo pensó, pero todo cambió cuando intercambiaron palabras por primera vez. Natalia era amable, dulce, un poco tímida a veces. A lo largo de esa semana la joven le había contado parte de su vida. En menos de cinco días Lauren ya sabía que Natalia tenía dos hermanos mayores y una más chico que ella, que tenía un novio hace tres años llamado Erik, que le gustaba la música, la literatura y la pintura. Aquella chica que le inspiraba ternura y simpatía a Lauren. Una parte de Natalia le recordaba a Lucy, de hecho ella también creía en unicornios, arco iris y gatos parlantes.

-Lolo, hace horas que te estoy esperando-le reprocho Vero cuando Lauren entro a su habitación.

-Deja de mentir, Vero. Natalia me dijo que acabas de llegar-replico Lauren dejando los libros y el bolso sobre el escritorio-¿Qué haces aquí? Pensaba llamarte en un rato.-

-¿Natalia? ¿Esa hermosura se llama Natalia?-cuestiono Vero con la ceja levantada y sonriendo.

-Quítate de la cabeza lo que estas pensando, Vero. Natalia es heterosexual, de hecho va a pasar el fin de semana con su novio.-

Vero se encogió de hombros quitándole importancia a lo que Lauren le decía y la joven rodo los ojos al ver la actitud de su amiga.

-Tú también eras heterosexual y mírate ahora-acuso Vero.

-Sigo siendo heterosexual, Vero. Espérame aquí, iré a bañarme y luego salimos de compras-le dijo Lauren a Iglesias, que sonrió con picardía.

-¿Necesitas ayuda, L? Puedo enjabonarte la espalda si quieres, Lolo-ofreció Vero mientras Lauren entraba al baño.

-Deja de llamarme “Lolo”, Vero. ¿Cuántas veces tengo que pedírtelo?-pregunto Lauren con cansancio.

Mientras tanto, a varios minutos de Columbia, Camila Cabello se reía de una de las tantas bromas de Adam, el chico de Dinah. Estaban los tres en el departamento de de esta. Vero había salido pero Camila no sabía adónde.

-¿Somos amigas?-Algo así.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora