CAPÍTULO 6:

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EL FRUTO DE LA PASIÓN (Luka narra)

Era por la mañana y decidimos ir a buscar algo para desayunar. Y entonces le dije:

-¿Te apetece plátano maduro?

En aquel momento me miró con una cara de odio, y me dijo:

-¿Y a ti te apetece almeja?-dijo ella

Esta chica cada vez parecía más tonta, ¿no había estudiado suficiente geografía como para saber que no hay mar cerca en el que buscar almejas? Para no dejarla en ridículo le ofrecí una tercera opción sin acabar de rechazar la suya:

-No....mejor buscamos un naranjo que necesitamos vitamina c para tener fuerzas durante el tiempo que pasemos hasta encontrar la salida.

-De acuerdo...- Dijo levantándose y sacándose la tierra de los pantalones que tanto había estado observando aquel dia por la noche.

Yo también me levanté, y tras unos diez minutos de caminata encontramos un naranjo bastante grande, el único problema es que era muy alto y necesitabamos que uno de los dos se sujetara encima del otro. Como yo sabia que ella era más ágil y esbelta que yo decidí que ella se subiera en mis manos. La levanté con un pequeño impulso y cogió un par de naranjas del árbol. En aquel momento una abispa entró en el angulo de visión de  Noa, y, como era de esperar , perdió el equilibrio cayendose sobre mí. 

Cuando mi cuerpo tocó el suelo, instantes después su cuerpo también cayó, chocandose contra el mio, notando su calor humano sobre mis partes íntimas. Mi pene empezó a obtener una forma y un tamaño que nunca antes había visto, mi glande iba a explotar y mis dos huevos también sintieron dolor. Me entró un extraña sensación, tenia ganas de experimentar cosas nuevas.

Tenía miedo de que Noa hubiera sabido de la presencia de "Luka Júnior". Estaba callado, y ella también; pero ese silencio solo duró unos instantes, almenos por su parte. Se levantó de encima mío apresuradamente, con la vergüenza reflejada en su rostro. Era evidente: lo había notado. Yo seguía inmóvil, sin habla,tumbado en el suelo. Mientras ella se acudía con las manos una vez se había levantado, yo me puse a cuatro patas y empecé a recoger naranjas para que no se me notara el alien que tenia en la entrepierna. Mientras recogía, me las metí en el pantañón para que no se notara, y pude observar mi creación, un objeto de forma fálica de medidas desproporcionadas, las venas se notaban por todo el tronco, y estaba rojo como un tomate. A medida que metía las naranjas me di cuenta de que Noa me estaba observando, fue entonces cuando me tape la erección con las manos y me dijo:

-¿Que coño haces con las naranjas en la polla?

Me quedé paralizado, estaba tan concentrado con mi pene que olvidé que ella estaba observandome, debió ser muy raro observar al chico que acabas de conocer a cuatro patas, metiendose tu desayuno por la sudada entrepierna.

-Ahí estaán calentitas y guardarán el calor y las vitaminas. Vámonos de aquí...

-Okai

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