Lo que nadie puede ver

Dia de lluvia

El frío y la tempestad mañanera azotaba fuertemente los ventanales de la escuela, era la época de otoño y para muchos algo sumamente triste.

Pero no para esa clase...

La pequeña llovizna era la ocasión perfecta para molestar a aquella chica "L" , alguien sumamente molesta para todos, su actitud superior y su expresión indiferente eran las razones más claras para molestarla y odiarla.

Pero ¿por qué?

Esa respuesta nadie la sabia con exactitud  "L" se convirtió en el centro de atención de ataques y abusos al comenzar el año escolar, claro a pesar de ello no era la chica tímida y miedosa.

Como todos esperarían todo lo contrario, era muy agresiva y compulsiva.

Nadie se tomaba la molestia de aprender su nombre ni siquiera los profesores simplemente su apodo era "L" pero a ella no le molestaba eso ni ningún insulto proveniente de sus compañeros.

Pero para diversión de ellos siempre quedaba la agresión física, las chicas se abrigaban más de lo necesario, para así poder abrir las ventanas donde ella se encontraba, eso provocaba la furia de la chica pero la tragaba como podía no valían la pena aquellas personas tan crueles.

El final de las clases el deporte favorito de todos era empujarla para que  se cayera , lo que pocos lograban, ella siempre se despedía con la sonrisa más grande que poseía para decir un...

—Hasta mañana — De manera alegre y animada. Pero eso solo lograba encender más la furia de todo su grupo.

Pero eso llamaba la atención de Michael  un chico marginado al igual que ella, pero a diferencia de ella el no sufría los abusos que soportaba, pero por ello admiraba a "L"  aun cuando lo hacia a espaldas de todos y a pesar de no ser muy cercano a ella sentía que  escondía algo detrás de su furia y linda sonrisa.
                                                                                             ......

La escena frente a el era algo glorioso para más de uno pero a el no le hacia nada de gracia, un muro impenetrable para el era simplemente una frágil cortina de cristal, debajo de la tormenta la chica lloraba y gritaba.

Sus gritos disfrazados por el estruendo de la tormenta y sus lágrimas por la lluvia .

Temblaba sin siquiera poder caminar, escucho un ligero sollozo inaudible de parte de ella mientras sus dulces labios temblaban con sus palabras, pero con una verdad que rompería a cualquiera...

—Amo la lluvia, por que nadie me ve llorar por que estoy sola y solo la lluvia ahoga lo que siento.—