Mi camino hacia el nuevo colegio era literalmente corto, pues después de todo el objetivo de comprar una nueva casa y mudarse era encontrar un colegio donde poder estudiar que quedara relativamente cerca y encajara con nuestro presupuesto, ¿cierto? Mientras caminaba lenta pero decidida, no pude evitar recordar la primera vez que vi a Niall (curiosamente durante mi primer día en la gran ciudad): Era la niña de quince años más tímida de todas, vestía un short cortito, una sudadera roja enorme que cubría mi pequeña figura y unas zapatillas azules cielo. Despedí a mi vieja casa con nostalgia y algo de tristeza, pero sabiendo que quizás el cambio de ciudad podría ser bueno para transformar en algún nivel mi forma tímida e insegura de ser. Suspiré por última vez en mi ahora vieja habitación y bajé las escaleras con mi equipaje de cajas dispuesta a no mirar atrás y avanzar hacia esta “nueva aventura” de vivir en otra ciudad.
El auto familiar esperaba en el garaje con el maletero abierto para distribuir lo que faltaba de mis cosas en él. Mi mamá esperaba ansiosa en el asiento del piloto hasta que yo me decidiera a acomodar mis posesiones en la parte trasera y me uniera a ella en el interior del vehículo. Una vez hube llegado y guardado todas las cajas en el maletero, me dispuse en el transporte en el asiento trasero (cercano a nuestras cosas) y me sumergí en dos mundos distintos: El primero el mundo real, en donde caía en la cuenta de que esta mudanza significa no sólo dejar atrás mi vida, sino también mi actitud hacia las relaciones sociales; y el otro el mundo que me esperaba en la nueva ciudad: ¿Sería distinto a mi realidad actual? ¿Tenía alguna chance de abandonar definitivamente la fachada de chica tímida, insegura y tartamuda? Éstas y muchas otras preguntas más invadían mi mente de tal modo, que no percibí el paso del tiempo en el transcurso del camino. El auto de mi mamá llevaba en marcha hacía más de dos horas a la casa que la vendedora nos había mostrado vía online, y en cuanto mamá hubo visto esa adorable y pintoresca casona amarillenta, con un sencillo tejado rojizo y adorables ventanillas de roble supo enseguida que debíamos vivir allí. No era sólo cuestión de gustos, sino también conveniencia (mamá había sido transferida a Argentina por su trabajo como profesora en la Universidad Nacional, así que era vital desde ese punto de vista encontrar donde vivir en base a cercanía al trabajo y mi educación secundaria).
En la mitad del viaje decidí sacar mis audífonos de la mochila e insertarlos en mis oídos: La vista era sencilla (edificio tras edificio, auto y auto, una que otra persona caminando; pero a veces la repetición cansaba y por ello acudí a mi fiel amigo, mi regalo de cumpleaños número catorce, mis concebidos auriculares y mi precioso celular Nokia tamaño bolsillo de color negro. Este pequeñín me había acompañado desde que mamá me lo obsequió y desde entonces no se despegaba de mi lado. Para algunos era inservible y debía botarlo; aunque para mí era el amigo que me gustaría tener y con el que ansiaba compartir mis días y mis tardes). Abrí la mochila recostada a mi lado, saqué mis hermosos bebés para escuchar música y, al conectarlos a la entrada de mi teléfono, mi mundo se sintió cómodo al fin. Quizás para muchos era evadirse de la realidad, sin embargo para mí escuchar música me abría las puertas a ese mundo donde podía ser una más: Esa chica linda de tierna sonrisa que camina segura e irradia confianza en los otros, la misma que al hablar generaba un haz de luz y simpatía, que tenía en sí misma la capacidad de hacer amigos y atraer a los chicos… No importaba cuánto trataba de vencer esa timidez, siempre encontraba una razón para pensar excesivamente mi forma de dirigirme hacia los demás y les provocaba dudas: En mi mente, al ingresar a una nueva escuela y acercarme a intentar socializar con chicas de mi edad, mis pensamientos los ocupaban interrogantes como:
_¿Qué voy a decir? Oh, ya sé… Hola, mi nombre es María, ¿y el tuyo?-es perfecto me decía una y otra vez, pero cuando llegaba el momento de “hacer amigos”, mi boca enmudecía en un intento de librarme de lo que parecía ser un hechizo total sobre mí.
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Una nueva oportunidad
FanfictionÉste es mi primer trabajo oficial alguna vez escrito, así que espero que compartan sus opiniones y preguntas... Una nueva oportunidad Nuevo día. Nuevo comienzo. Este año va a ser distinto, puedo presentirlo. Una amistad verdadera entre dos jóvenes...