Capítulo 5.

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Me dispongo a firmar cada hoja de papel que me ha dejado y salgo de la oficina en busca de su secretaria. Por suerte, ella se encuentra en su lugar fuera de la oficina de Abbigail. Bien, es hora de explayar mis habilidades con las chicas.

Me acerco al escritorio y la secretaria levanta su vista de la computadora. De inmediato su mirada me escanea por completo y sonríe en aprobación.

– Joven Horan, ¿puedo ayudarle en algo? – ¿soy solo yo o eso su manera de decirlo de verdad fue en doble sentido?

– Hola... Hannah, ¿cierto? La señorita White me pidió que te dejara estos documentos.

– Gracias, los tendré conmigo. –su manera de sonreírme me parece cada vez más aterradora. Pareciera que quiere devorarme en serio.

– ¿Crees que sea posible que me pases el número de Abbigail?

– Lo siento, joven Horan, pero no puedo...

– Oh, por favor, dime Niall. –murmuro con un giño y sus bonitos pechos se elevan ante su gran inhalación.

– Quisiera poder hacerlo, Niall, pero no puedo proporcionar...

– Quizás si me das el número que te pido, puedas pasarme el tuyo también, muñeca. – murmuro acercándome más a ella. La noto tragar duro antes de tomar un pedazo de papel y garabatear un par de números en él.

– Sería increíble si no le dijeras a nadie que yo te lo di, galán.

– No te preocupes, muñeca. Nadie se enterará. –con un guiño más, me alejo de su escritorio y camino rumbo al ascensor.

La caja metálica no tarda en llegar y entro en ella de inmediato. ¿Ahora qué hago? Tengo que hablar con Abby, pero dudo mucho que me responda. Aunque quizá esté en casa luego de intentar buscar la universidad. Necesito un consejo.

Cuando subo a mi auto, llamo de inmediato a los chicos. El primero en responder es Harry, así que lo pongo en espera en para unir también a Louis en la llamada.

– ¿Ahora qué hiciste, duende? –me pregunta Louis antes de que siquiera mencione nada.

– Se fue. –respondo dentro de mi frustración.

– ¿Quién se fue? ¿Lorane, tu padre, Patrick? –pregunta Harry.

– Su padre ya está en Nueva York, Harry. –le responde Louis.

– Bueno, no hay mucho de donde escoger de las personas que se puedan ir de su vida.

– ¿Y bien? ¿Qué hiciste ahora, Horan?

– La nueva socia. Se enfadó y se fue. –murmuro tratando de explicar, pero para los chicos no digo mucho.

– ¿No te quizo cambiar el pañal, duende? –se burla Louis.

– ¿Si era una señora? –pregunta Harry. – ¿No te encontró lindo y se fue huyendo?

– Resulta no ser una señora. A quien mandaron es a la hija de la socia, o sea la vicepresidenta, una atractiva chica que da los peores dolores en el culo. Se enfadó porque no estoy dispuesto a trabajar en este estúpido experimento de papá y se fue. Me dejó solo en su oficina.

Lo primero que recibo por parte de mis tan buenos amigos de toda la vida, son un par de burlonas y escandalosas carcajadas. Mi gran equipo dinámico, apoyándome como siempre.

– No es gracioso, chicos. Es serio. Si papá descubre todo esto de que no está saliendo bien por mi culpa, va a dejarme en la calle.

– Oh, vamos. Bobby no ha sido tan malo contigo, ni aunque lo hayas merecido alguna vez. –me conforta Louis. Y aunque dice la verdad, nada me dice que seguirá así.

Cambio Inesperado [N.H.]© Parte #3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora