Crushed. [Tom darkfic]

r, 1.

Título Alternativo: Yo no veo mañanas.

Se dirigió a su habitación a paso rápido, lo cual no fue muy fácil, menos con el peso de Tom encima.

A pesar de no haber bebido nada, se las arregló para tropezarse 3 veces y chocarse contra la puerta, pero finalmente logró llegar a su recámara en una pieza.

Se separó del ojinegro, quien lo primero que hizo fue tirarse a la cama y empezar a enredarse en el cobertor mientras él cerraba la puerta con pestillo.

Tom seguía recostado en su cama, con una sonrisa de oreja a oreja y las mejillas sonrosadas por el alcohol.
Al verlo, casi se arrepintió de todo, pero ya era muy tarde para echarse atrás. Estaba más que claro que por más intoxicado que Tom estuviese, movería cielo y tierra por no abandonar el cuarto, no había otra opción.

Camino despacio hasta la cama, tratando de no tropezarse en la oscuridad, siendo que la luz tenue de la lámpara que Tom había prendido a duras penas no alcanzaba para distinguir bien el piso.

Unió sus labios una vez más, pero esta vez, hizo algo diferente.

Mordió muy suavemente su labio inferior, y aprovechó la sorpresa del menor para meter su lengua en su boca.

El beso duró unos largos minutos, tiempo que el no desperdició en lo más mínimo. Se posicionó entre las piernas del ojinegro y lo empujó suavemente hasta que quedó completamente recostado en las sábanas.

Se separaron por unos cuantos segundos antes de unir sus bocas nuevamente, mientras Edd pasaba sus frías manos por debajo de su polera hasta finalmente deshacerse de ella completamente.

Repartió suaves besos por su barbilla y fue bajando lentamente hasta llegar a su nuca, para empezar a pasar su lengua y morder levemente por toda la zona.

Tom se revolvió, soltando jadeos se vez en cuando.

Sea cual fuera el caso, los sonidos lo volvían loco. Si bien hasta ese punto se estaba cuidando de no dejar evidencia alguna de lo que estaba haciendo, la expresión en la cara del menor terminó por arrebatarle el último rastro de su sentido común.

Empezó a morder con más fuerza y a dejar varios chupetones por todo su cuello hasta sus hombros que sabía no se irían en varios días.

Debajo de él, Tom no podía hacer más que aferrarse con fuerza a las sábanas, mordiendo con fuerza su labio inferior, tratando de acallar los sonidos.

Edd no tardó en notar esto, cosa que le molestó bastante. Alejó su cara de su cuello inmediatamente mientras Tom lo miraba con suma confusión, pero antes de que pudiera decir nada, Edd ya se hallaba despojándolo de la última prenda que le quedaba: su ropa interior.

Después de dejarlo completamente desnudo en su cama, lanzó la prenda a algún lugar del cuarto y palpó vagamente la cama, tratando de encontrar la polera que le había quitado hace un tiempo.

Por fin dio con esta, y en un movimiento rápido, la introdujo forzosamente en su boca, sin dejarle al menor articular algún tipo de protesta.

-Como te quieres quedar callado,- Escupió, apretando la prenda en su boca ante los intentos del ojinegro de escupirla.- Ahora no vas a hacer ningún sonido, ¿oíste?

Asintió torpemente, mordiendo la tela. Él se limitó a sonreír mientras volvía a lo suyo, dejando aún más chupetones y marcas de mordidas por todo su pecho, mientras llegaba lentamente hasta su entrepierna.

Se aseguró de dejar aún más marcas por sus muslos y en sus piernas, quería que durarán el mayor tiempo posible. Finalmente, tomó el miembro del ojinegro y pasó su lengua por toda la extensión de este.

El menor se estremeció, arqueando la espalda. Sonrió de lado, y sin ninguna advertencia, introdujo un dedo en su entrada, logrando que el menor soltara un gritillo.

Siguió introduciendo más dedos mientras trataba de distraer un poco a