CAPITULO UNO

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Afuera hacia tanto frío que generaba dolor, me encontraba caminando hacia mi casa por aquel oscuro callejón, grandes copos de nieve caían por encima de mi abrigo de lana

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Afuera hacia tanto frío que generaba dolor, me encontraba caminando hacia mi casa por aquel oscuro callejón, grandes copos de nieve caían por encima de mi abrigo de lana. De repente me encontraba envuelta en mis recuerdos, el pasado me visitaba con frecuencia; "Francia, por favor, por lo que más quieras te lo pido" de tan solo pensarlo se me erizaba la piel. Pensar que su amor era como el fuego, tan brillante que atrae, pero tan intenso que quema. Es por esa mala situación en mi vida que no quiero saber nada más con el amor.

Al llegar a mi hogar me invade un olor a chocolate caliente que me da una sensación de comodidad, ese delicioso aroma perdura a pesar de su ausencia, que me hizo tanto daño, esa ausencia que me marcó. La muerte de mi madre fue uno de los hechos que me cambió la vida, además de mis "amores".

Esa reconfortante sensación de tranquilidad se va al oír el molesto sonido del teléfono.

-¿Quien habla?

-Buenos días señorita.

Extrañamente esa voz la había sentido antes, pero era bastante grave, alta, una voz muy linda que de repente me causó una rara sensación, como un escalofrío.

-Le llamamos para informarle que acaba de ganar $10000.

-¿Señor, usted cree que soy tan estúpida como para creer que he ganado semejante cantidad de dinero solo por levantar el teléfono? No soy tan tonta

-Pero señorita...

- Señorita nada, por favor no vuelva a llamar.

Y le corté, odio que hagan bromas, hacen perder el tiempo.

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Los rayos del sol me indicaban que era hora de levantarme. Era conciente que después de mucho tiempo volvería a la agotadora rutina de el instituto, estas vacaciones habían sido tranquilas, sin mucho que hacer, pero ya había llegado la hora de volver.

Al entrar por la puerta me encontré a dos personas que me sonreían desde lejos.

-¡Fran! ¿Cómo estás? Cuánto te extrañé.

-¡Hola Caro! Yo también te extrañé

Caro y Gastón: son los nombres de las personas que me salvaron cuando casi me rindo, de las personas que me han mantenido en este juego del que he perdido tantas veces. Son las personas que llegaron para ser la luz al final del túnel. En pocas palabras, son mis mejores amigos.

- ¡Mi amor, la mujer más linda de este planeta!¿Cómo estás, después de tanto tiempo, cómo pasaste las vacaciones?

-Hola Gastón ¡Muy bien! Aburridas, pero bien ¿Y a ti?

Llamada FrancesaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora