CAPITULO CINCO

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—¿Tú crees que a mí no me gusta?

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—¿Tú crees que a mí no me gusta?

Bastó solo esa simple pregunta para que todos en la habitación nos quedáramos callados, su respuesta sorprendió de manera sorprendente. Sin duda, nadie se lo esperaba.

—¿Tú estas diciendo que también sientes algo por ella?

—Nunca dije eso—Respondió con certeza Lucas.—Nunca dije que me gustaba, ni tampoco que no me gustaba, solo hice una pregunta.

—Eres raro. Ahora, le harías un favor a la humanidad si te fueras.

—Está bien, me iré, pero solo por Paris. Pero esto no termina acá.

—¿Quieres que peleemos por ella, como si fuera un objeto?

—No, no peleare contigo por que ella no se lo merece, solo por que ella esta aquí. Con permiso, me retiro.

—Mis ojos estarán agradecidos de no verte.—Respondió con una sonrisa mi amigo.

Cuando llegamos a la puerta, Lucas se disculpó diciéndome que algún día deberíamos hablar tranquilos, me queria contar algunas cosas.

—Es un tonto, ¿Quien se cree para venir y causar estragos como si nada? Prefiere venir y hacerse el galán, sabiendo que tu y yo pronto seremos algo más que amigos. Habló unos minutos contigo y se cree dueño de venir y cuestionar la forma en la que te quiero. Espero que no te acerques demasiado a el.—Me dijo Gastón apenas cerré la puerta.

Preferí no responder a lo último que dijo, de todas maneras ya no quería estar cerca de el, no quería tener más problemas. Ha llegado el momento en que solo quiero paz en mi vida y no más discusiones que no van a llegar a ningún lado.

Y respecto a ser algo más que amigos, si, el es muy lindo, no puedo negarlo. Pero no quiero nada en esta momento, ni en un futuro cercano. Somos amigos, y así deberíamos dejarlo. Tengo muchas cosas que pensar y reflexionar, todavía no tengo claro lo que sucedió con mi mejor amigo y Lucas.

—¿Gastón, te puedo hacer una pregunta?

—Ya la estas haciendo, pero si, dime.

—¿Q... Que sucedió entre tu y Lucas? Es decir ¿Por qué tanta rivalidad?— A esta altura las piernas me temblaban de gran manera y sentía que en cualquier momento caería de rodillas, el no era capaz, simplemente no. Pero algo en mi tenía miedo a la verdad, supongo que temia a que todo fuera cierto, el siempre fue una persona con muchas chicas a su alrededor, pero el no podría estar con alguien sin su consentimiento. No aquel chico en quien confíe desde chica, la persona que me contuvo cuando mi mamá murió y que estuvo ahí cuando la neblina me impidió ver mi camino.

—Nada especial, pregúntale a el.— Contestó desganado. Pero la intriga me carcomia de a poco, y las intenciones de saber que sucedía me estaban matando. Ya estaba planeando mentalmente la manera de saber que había pasado.

Llamada FrancesaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora