Era ya la madrugada. Yoongi bajó en silencio las escaleras. No quería despertar a Jimin, quien estaba dormido en el suelo, como siempre. Al mayor le partía el corazón verlo allí. Tomó, como todas las noches, la almohada y la manta que le daban a él para cuando necesitaba descansar y se adentró a la jaula. El omega se removió un poco y abrió los ojos.
—¿A dónde vamos? —preguntó, adormilado.
—A ningún lado —rió suavemente, aunque un poco triste—. Te traje una almohada y una manta.
—Ah, no hacía falta.
—Claro que sí. No podría darte todas las comodidades, como me gustaría, pero esto es algo, al menos.
—Es tuyo, deberías usarlo tú.
—Es mi cumpleaños, tómalo como un regalo.
—¿Hoy es? —se sorprendió y se sentó— No me dijiste.
—Creo que se me pasó ese detallito.
—De todas formas, el regalo sería para ti.
—Mi regalo eres tú, tengo que cuidarte, así que puedes usar eso tranquilamente... y darme un abrazo, si quieres.
Jimin se sonrojó, rodó sus ojos, divertido, y se abrazó al mayor. Este lo rodeó con sus brazos y acarició su espalda con cariño.
—Feliz cumpleaños, Yoongi.
El alfa no pudo sentirse más feliz de haber escuchado aquello. Su corazón latía a toda velocidad debido a la alegría que llevaba por dentro. Jimin, aunque aún no tenía bien en claro qué era lo que Yoongi realmente buscaba en él, también se sintió increíblemente bien... aunque no duró mucho.
El más joven se olvidó de todo lo que estaba sintiendo y se alarmó al haber notado que los brazos de Yoongi habían dejado de agarrarlo con fuerza, y que su cuerpo había caído con todo su peso sobre el suyo. Lo levantó como pudo y notó que estaba inconsciente. Angustiado, lo recostó en el piso y palmeó su mejilla varias veces. Su piel estaba muy fría.
—¿Yoongi?
Al ver que no reaccionaba, y con impotencia al no poder hacer nada para que no los descubrieran, sintió lágrimas agolpándose en sus ojos.
—¿Qué tienes? —besó su frente— Por favor, despierta.
Como si fuera magia, tras aquel gesto, el alfa parpadeó varias veces y soltó un quejido al despertar. Jimin tomó una de sus manos.
—¿Jiminnie? —preguntó débilmente—¿Qué pasó?
—Te desmayaste... ¿Te encuentras bien? ¿Estás enfermo?
—No, que yo sepa... —frunció sus cejas— ¿Estás llorando? —se preocupó.
—Me asusté mucho... estabas frío —acarició el rostro ajeno, haciendo que este cerrara sus ojos—. Creí que te había pasado algo grave y tuve mucho miedo ¡No podría haber hecho nada! ¡Nos habrían matado a los dos! ¡Nos habrían descubierto y--!
—Calma, tranquilo.
Yoongi sonrió, aún con sus ojos cerrados. Puso sus manos sobre las del menor, tranquilizándolo. Pensó que, entonces, no era un buen momento para decirle que todavía no estaba del todo bien.
—¿Y qué te pasó?
—Bueno... estuve en el lugar en donde ponen ese veneno que tienen sus cadenas. Pude alterarlo y anular su efecto. Ya no les hará nada, pero supongo que me debilitó un poco, es todo.
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The one [Yoonmin] [Omegaverse] ©
FanfictionEn un mundo en donde quien no tenga una pareja predestinada no tiene esperanzas de vida para el futuro, un joven consciente de ser el último de su especie se propone cumplir con todos sus sueños y caprichos antes de tener que desaparecer. Poco esper...