CAPÍTULO 3º. AXEL, ALISHA Y STWART JENSSEN

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CAPÍTULO 3º

AXEL, ALISHA Y STWART JENSSEN

         -Creo que era por ese desvío –una guapa chica de rizado cabello negro y piel oscura mira a su compañero, un atractivo joven, también afroamericano como ella, que le devuelve la mirada con gesto paciente, mientras da marcha atrás al viejo chevrolet de su padre y lo enfila hacia el camino indicado por su amiga.

         -Este lugar me pone los pelos de punta –comenta el joven, fingiendo un escalofrío, cosa que hace soltar una divertida carcajada a su novia, ya que lleva la cabeza totalmente afeitada.

         De repente, Alisha ve o cree ver algo, y se lo hace saber a Axel, tocándole el hombro.

         -¿Qué pasa ahora? –El joven pone los ojos en blanco y mira hacia donde su amiga le señala, pudiendo ver él también que algo se mueve entre los cañaverales y chapotea en el agua.

         -¿Has visto eso, Axel? –Inquiere la muchacha con expresión entre sorprendida y asustada.

         -Bah –Axel menea una mano, quitándole importancia al hecho-. Seguramente sea algún sapo o un pez grande.

         -¡O un caimán! –Exclama Alisha visiblemente excitada.

         Axel se encoge ligeramente de hombros, y está a punto de volver a pisar el acelerador, cuando él también ve algo.

         Algo que no se parece en nada ni a un sapo, ni a un pez grande. Y mucho menos a un caimán.

         -¿Qué coño…? –Intrigado, baja del viejo coche prestado por su padre, y se encamina hacia el cañaveral, donde una figura humana les observa entre los juncos y las cañas-. ¿Hola? ¿Necesita ayuda?

         Sea quién sea la extraña figura no responde, se limita a permanecer entre las altas cañas del pantano, respirando roncamente a través de una extraña máscara hecha con cañas y juncos trenzados.

         Axel y Alisha pueden ver que sostiene en su mano derecha una larga caña terminada en punta.

         -¿Amigo, se encuentra bien? –Axel da un paso en dirección al extraño y silencioso personaje, a pesar de la petición de su novia de volver al coche y largarse de allí pitando, ya que, no sabe por qué, el tipo le da mala espina.

         -Axel, por favor –suplica Alisha en un susurro mientras tira del musculoso brazo de su novio-. Vámonos. Ese tipo me pone los pelos de punta.

         -Vamos, Alisha –comienza a protestar el joven de color-. Seguramente no sea más que un vagabundo inofensivo-. Da unos cuantos pasos más, dejando atrás a su novia-. Quizás necesite ayuda.

         Tras pronunciar Axel estas palabras, todo ocurre muy deprisa…

         El muchacho da otro paso hacia el desconocido y éste alza la cabeza hacia el joven afroamericano mientras, con un rápido movimiento, lanza la mano con la que sujeta la caña terminada en punta hacia delante, hacia el amplio tórax de jugador de fútbol americano del sorprendido Axel, que tan sólo puede balbucear unas palabras antes de caer al suelo con el pecho atravesado de parte a parte por la caña.

         -¿A-Axel…? –Alisha, que ha quedado unos metros rezagada, da unos pasos hacia el interior del cañaveral, tropezando con el cuerpo sin vida de su novio.

         Mientras, Jenssen ya ha recuperado su arma y avanza hacia la joven, respirando con sus pulmones muertos tras su exótica máscara de caña y junco.

         -¡AXEEEL! –Alisha grita con todas las fuerzas de su joven garganta, mientras trastabilla al dar media vuelta en un desesperado intento por escapar a una muerte más que segura.

         Todo es inútil.

         Stwart Jenssen vuelve a moverse y esta vez la punta de la caña atraviesa la cabeza de la joven de color, entrando por su coronilla y saliendo por su boca, atravesándole el cerebro.

         En ese preciso instante, un viejo llamado Lenny Arceneau, se revuelve incomodo en la mecedora que desde hace décadas tiene en el portal de su cabaña.

         -Alguien a despertado al viejo Jenssen –dice mientras escupe el tabaco de mascar que tiene en la boca.

LOS OJOS DEL PANTANODonde viven las historias. Descúbrelo ahora