CAPITULO XII Todo mejora

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Sebastian le dijo a su tía que se adelantara para que hiciera el te, mientras que él le enseñaba la casa, la tomo de la mano como unos niños pequeños que fueran a explorar algo y cuando ibas subiendo las escaleras Shantal se soltó y Sebastian le dijo:

–¿y que haces por aquí?

–Mi padre me mando aquí por una semana o tal ves dos – Hubo un silencio – he oído mucho de ti

–¿Buenas o malas?

–Malas

–¿De mi?... ¿Y quien lo dice? – Shantal se limitó a mantenerse callada en forma de respuesta – ¿Por que no me dices su nombre?

–Lo juré. La carta venia de New York

–No te voy a obligar

Continuaron su plática, mas que nada era superficial, Sebastian estaba demasiado ocupado pensando en la persona que le dijo sobre Sebastian. De pronto el tema dio un gran giro:

–¿Eres lesbiana?

–no claro que no

–Lo pensé

 –Que solo por que estoy en contra de que el sexo antes del matrimonio es malo, me consideras lesbiana, pero bueno que me vas a decir tu del el amor si tu eres un hombre muy experimentado ¿no es así?

–¿como?

–me han contado todo sobre ti, Sebastian.

–Estoy en contra de tus comentarios de mal gusto, pienso a que yo si soy fiel a los sentimientos que alguien me provoca, me ofendes – Después de eso la llevo a la casa y la dejo con su tía a tomar te. Y fue con un amigo. Charly le saludo ya en el departamento y le dijo que estaba enojado pues alguien le había dicho de sus antecedentes a Shantal

–¿conozco acaso a alguien de nueva York que me odie?

–Creo… un tal Roger

-Ah sí, ya lo recuerdo, el capitán de Fútbol americano que se enojo por manosear a su novia

–no creo que haya sido por eso, Digamos que les gusta ver los traseros de los jugadores con o.... sin ropa

–¿Enserio?

–Aja

–Arregla una sita para  hoy a las 12 en punto

–A las 12 en punto – Reprimió Charly para confirmar – pero esto te va a costar – Sebastian tomo su cartera y le dio 200 dólares, a lo que Miguel le dijo –: me encanta hacer negocios contigo.

 Ya en la noche Shantal estaba leyendo cuando de repente se escucho un música muy alta, fue a ver de donde venia ese sonido hasta que llego a una alberca, en donde se encontraba Sebastian escuchando música clásica, Shantal extrañada de ver la hora que era y el estaba en la piscina, con la música le pregunto:

–acaso no ves que tu música suena en todas las habitaciones

–No – Afirmo él – solo en la tuya

–¿y por que querrías molestarme?

–por que quería que vinieras

–¿y por que?

–por que te quería dar algo

Le enseño una bolsa negra de regalo la abrió y era una hermosa mochila negra con su nombre grabado en ella.

–no tenias que hacerlo

Sebastian se la arrebato de las manos y le dijo:

–entonces dámela si no te gusto

A traves de los añosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora