Cᴀᴘíᴛᴜʟᴏ ⁶

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Al lunes siguiente me recoge Mario para ir a clase, como todas las mañanas. Esto se está convirtiendo en costumbre, aunque me gustaba más cuando venia Calle. Espero que se recupere pronto. Cuando llegamos a clase, me despido de Mario con un beso rápido, y entro en biología. Calle está sentada en la mesa contigua a la mía, y sonríe cuando me ve entrar. Yo también sonrió, cómo no. Estoy muy contenta de que se haya recuperado. Me siento a su lado.

-Buenos días. - Digo con mucha efusividad. Realmente me alegro de verla en clase. Me acerco para darle un beso en la mejilla, pero ella se voltea hacía mí, y acabamos dándonos un beso en los labios. Dios. Nos quedamos mirando con una expresión indescifrable, luego bajo la mirada y saco mis cosas de la mochila.

-Vaya, hola. - Se le ha trastornado la voz, ahora la tiene unas octavas más aguda. Que tensión.

No nos da tiempo de hablar mucho más, porque llega la profesora y empieza a hablar, haciendo que todos pongamos atención y guardemos silencio

-Bueno chicos, como pueden ver, los he traído al laboratorio para que, en parejas, diseccionen una merluza. Le voy a repartir una ficha y tienen que apuntar las partes que puedan distinguir y dibujarlas.

La maestra pasa por nuestra mesa, y nos pone delante un pez muerto. Calle y yo intercambiamos una mirada de asco, y luego nos reímos. Nos dan un bisturí y unas pinzas a cada una. Le hago una incisión al pez. Que asco.

-Necesito que aguantes esto asi. - Le digo a Calle, que parece tener tanto asco como yo

Ella se acerca más a mí, poniendo sus dedos sobre los míos. Su tacto me produce una extraña sensación, y aparto la mano rápidamente. Levanta la cabeza para mirarme, y apenas nos separamos unos centímetros. Huele a vainilla.

-¿Así? - Susurra, y se le dibuja una sonrisa prepotente tan suya.

El pulso me va a mil. Joder, sólo estamos en clase de biología. Concentrate, Poché. Solo es Calle, no tengo por qué ponerme así.

-Sí, gracias - Le digo, con la voz más normal que puedo.

Sigo explorando el interior del pez, mientras que Calle mira lo que hago. Tiene la cara prácticamente pegada a la mía, y el olor a su perfume de vainilla me desconcentra. Apoya su mano en el extremo de mi silla, y se acerca más a mí. No puedo dar la clase así.

Giro la cabeza, y me quedo mirándola con la cara más natural que me sale. Ella me mira con curiosidad.

-Hueles a vainilla. - Le digo, y bajo la mirada a su boca. Ella se queda descolocada. Vuelvo la mirada a sus ojos, y no puedo evitar sonreír.

-Es... el perfume - Se ha puesto nerviosa. Le aparto el pelo del cuello, y le vuelvo a mirar, esta vez con picardía.

-Ah.

Le sonrió amigablemente, y ahí termina la conversación. La tención entre nosotras se puede palpal. Cuando acaba la clase estoy mareada, no o se si por el olor a pez muerto, o porque no he podido pensar otra cosa que no fueran los labios de Calle. Me estoy empezando a preocupar, esto se esta volviendo insoportable. Por suerte, no volvemos a coincidir en ninguna otra clase el resto del día.

Cuando llego a casa, no puedo quitarme de la cabeza a Calle. Necesito distraerme con algo, no puedo seguir así. Desde el beso en la bañera solo pienso en eso, y desde que Calle me mintío sobre ello, no he hecho más que darle vueltas al asunto. Yo soy totalmente heterosexual, siempre lo he sabido. Me encantan los chicos, y no entiendo por que un simple beso entre amigas-borrachas, en una bañera- me ha trastornado tanto.

Me pongo los auriculares a todo volumen, y me pongo a bailar mientras limpio mi cuarto. La verdad es que ha quedado muy bonito después de la mano de pintura que le he echado. Cuando acabo, bajo a ver que hace mi madre.

-Hola má. ¿Te ayudo en algo?

-Hola cariño. Claro, ponte a pelar esas patatas, por favor. - Me pongo a hacer lo pedido por mi madre. Me encanta ayudar a mi madre en la cocina, siempre me ha dicho que tengo talento para cocinar. - Y bueno, cuentame que tal va todo. Hace tiempo que no veo a tu amiga por aquí, ¿está bien?

Hasta mi madre me hace pensar en Calle. Genial.

-Sí, Calle esta bien, ha estado con gripe y estuvo unos días en cama, pero ya está recuperada.

-Me alegro. Y ese chico... Mario. ¿Todo bien? - Se gira paramirarme con curiosidad, esperando mi respuesta.

-Sí, mamá. Es muy buen chico, este fin de semana voy a quedar con él para que venga a estudiar a casa, ¿Te parece bien?

-Tu padre y yo nos vamos todo él fin de semana a la ciudad, es el cumpleaños de un primo lejano suyo. Así que les dejaremos más privacidad - Me guiña el ojo - Pero ve con cuidado, hija.

-Gracias má. - Le doy un beso y término de pelar las patatas.

Vuelvo a subir a mi cuarto, y llamo a Mario para invitarlo a mí casa este fin de semana. Yo no lo tengo muy claro, además estoy muy confundida con el tema de Calle.

A lo mejor lo que tengo que hacer es acostarme con Mario, a ver si me quito a Calle de la cabeza.

 Cᴏɴ ᴏ sɪɴ ᴛᴇǫᴜɪʟᴀ - Cᴀᴄʜé (Tᴇʀɴɪɴᴀᴅᴀ)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora