CIEGA OBSESIÓN / CICATRICES PROFUNDAS

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Isidora se fue directo a su apartamento. Ese que había sido su primer regalo de bodas. En el que se suponía que viviría junto a Julián.

Ella se había esmerado tanto en decorarlo. Solía sentarse en el sofá y soñar con ella y Julián al fin solos, juntos en aquella inmensa cama que también les había sido regalada.

- Una vez que vivamos juntos todo cambiará - solía pensar ella - Lograré hacerle olvidar todos sus miedos y al fin será mio cada vez que lo desee.. y yo de él. 

Isidora sonreía con tristeza.

Pero Julián nunca llegó a dormir  junto a ella.

Ahora, nuevamente estaba en ese lugar. Esta vez apoyaba las manos sobre el pasamanos del balcón. Miraba hacia la ciudad y trataba de recordar aquellos vagos momentos de intimidad que alguna vez tuvo con su amado Julián.

Cerró sus ojos y se volteó hacia la habitación. Creía poder estar viendo lo que ahí había estado a punto de suceder con su novio hacía un poco más de un año atras.

Estaba tan ansiosa y feliz. Se observaba mil veces frente al espejo para reparar en que nada estuviera fuera de lugar. Julian estaba afuera de la habitación. Al fin había logrado que la besara como ella siempre había soñado, con deseo, con pasión.

Sus manos se habían quedado enredadas en su cintura cubriendo casi por completo. Le sintió temblar mientras ella le alentaba a que la tocara sin despegar sus labios de su boca.

Le quitó la camisa con suavidad para no asustarlo. Intuía cuales podrían ser sus temores y no quería que nuevamente la dejara con todas las ganas de ser tomada por vez primera por el único hombre había podido amar.

Sintió como su cuerpo comenzaba a reaccionar. Su respiración se hacía cada vez más intensa y agitada con cada roce que se atrevía a dar a ese cuerpo que tanto él deseaba pero que a la vez temía.

Pronto sintió sus manos acariciar sus pechos por sobre el sujetador. Isidora lo observaba feliz. Los ojos de él parecían no querer despegarse de su piel. Bajó la prenda hasta que pudo tener a la vista lo que por tanto tiempo había deseado ver, acariciar y besar. No perdió tiempo y se lanzó hacia ellos con ferocidad. Su boca atrapaba sus pezones con desesperación. Isidora sonreía emocionada. Comenzó a caminar hacia la cama para sentarse sobre el borde y llevarlo consigo hasta caer sobre su cuerpo.

- No pares Julian - le susurró mientras acariciaba sus cabellos e intentaba aferrarse a su espalda.

Quería sentir su dureza entre sus piernas, Se ajustó contra su cuerpo abrazándolo con sus piernas alrededor de la cintura. Julian movía sus labios por su vientre, viajando desde su cuello y de ahí hasta su boca nuevamente.

Isidora sentía el latir de su corazón sobre su pecho. Lo tenía, al fin lo tenía para ella. Lo amaba tanto que no podía dejar de sentirse plena y segura al fin entre sus brazos.

De pronto, sus manos decidieron ayudarle y bajaron presurosas hasta la pretina de su pantalón. Ya no aguantaba más necesitaba sentirlo dentro.

- Espera - dijo Julian - yo lo hago. Tu..... 

Isidora comprendió y lo dejó sólo un rato. Le daría tiempo. 

Se encerró en el baño por unos instantes pero cuando regresó Julian volvía a ser el mismo. Distante y callado. con la mirada perdida en lagun recuerdo que su mente traicionera le había vuelto a traer a su memoria.

Se había recostado sobre la cama. Apoyaba su espalda sobre el respaldo mientras uno de sus brazos sostenía su cabeza.

Isidora se enfureció. No podía volver a pasarle lo mismo. 

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