Hola, se que llevo bastante tiempo sin escribirte. No tengo excusas, he estado ocupada.
También he evitado llorar por ti cada noche...
Te preguntarás cómo me fue con Julie, bueno, me gustaría que me preguntaras...
Nos fue bien, nos encontramos en la plaza principal.
Fue incómodo... porque todo lo que llegaba a mi mente eran los recuerdas de nosotras allí...
Caminamos un par de horas, hablando de todo y nada a la vez, es fácil hablar con ella. Parece que solo sabe ser honesta y dice todo lo que viene a su mente.
¿Por qué no fuiste honesta conmigo?
Lo siento, eso fue duro.
He evitado pensar en ti, porque el mar de dudas devasta todas las murallas que he construido para mantenerme estable.
Julie me invitó un café ese mismo día, justamente fuimos a tu lugar favorito y como era costumbre, pedí tu usual torta de chocolate blanco y almendras...
¿Patético, cierto?
Sin poder detenerme comencé a llorar y ella se disculpó conmigo.
Le explique, luego de calmarme que todo el día habíamos rondado lugares en los que te veía y lo entendió.
No era su culpa...
Fue paciente y amorosa conmigo, aunque todo el drama y atención que atraje ese día en el café, hubiese hecho retroceder a cualquiera...
Cuando se levantó del sofá pensé que se iría, por el contrario, me extendió su pequeña mano y me invitó al baño.
Limpió mis mejillas con calma, sin decir nada y al terminar, me preguntó si estaba lista para salir o si prefería irme a casa.
A casa no...
No quiero seguir llorando. No quiero dormir en tu ropa...
Todo huele a ti, a lo que mas amo en el mundo... lo que más me duele.
No puedo seguir así.
Luego de eso, seguimos caminando por la calle Valencia, pretendiendo que nada había pasado. Pasaron las horas y a las 10, decidimos ir al metro para despedirnos. Antes de bajar las escaleras mecánicas se detuvo en seco y me dijo algo que me cambió:
-A veces nuestra forma de comunicar amor es diferente a la de los demás. No te ahogues en pensamientos, no soy nadie para decirte esto, pero lo que haya pasado, no lo puedes cambiar. No es tu culpa y está bien que no estés bien todo el tiempo. - intenté disculparme en vano, pero las palabras no salieron de forma ordenada de mi garganta.- No estás sola y no te disculpes por lo que sucedió en el café. Si sientes que te derrumbarás de nuevo, llámame, si?
Y así acabó el día, pero sus palabras aún resuenan en mi interior.
"A veces nuestra forma de comunicar amor es diferente a la de los demás."
¿me amabas?
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