No lloro. No río. Ya a veces ni noto si estoy consiente o sigo perdida en mis sueños.
Pero si te digo la verdad, quisiera que tu partida fuera un sueño y que al despertar pudiera senir tus latidos pausados y ritmicos o tu aliento en mi cabello mientras nuestros cuerpos desnudos se complementan sin impedimentos.
