Ya en los días de lluvia no veo películas enrollada en la manta que tanto huele ti, ni salgo a recibir esas lagrimas que luchan por salir de mis ojos. No me entrego a tus pensamientos y tampoco espero que entres por la puerta y me beses como solías hacerlo.
Ya siento no tus piernas sobre mi piel desnuda al estar en la cama, ni tengo tu pecho para llorar o reconfortarme.
Por eso creo que aun no te he dejado ir, porque tu no me ensañaste como seguir sin ti.