Capítulo 12; Ojos hunchados de dolor y mirada oscura.

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Llegué a mi departamento con la intención de desfogarme, pero ¿Con qué? Ahora mismo no quería matar a ninguna víctima inocente, esa persona no tendría que pagar por las tonterías de un mujeriego. Así que no tuve mas remédio que irme al gimnasio que daba la esquina de la calle. En aquel pequeño recinto/ local, había unos grandes sacos a los que podías pegar con fuerza, ese era mi método para huír de los agobios y las preguntas del día a día o de víctima a víctima. 

Cuando llegué allí, supuse que no habría nadie, pero realmente me equivocaba, esta vez aquel sítio estaba lleno de hombres, de todas las edades pero la mayoría de 20 o 21, ninguna mujer. Que raro, normalmente suele haber alguna y es con la que suelo compartir mi afición a la hora de golpear.

-Mira una gatita, ¡Miau! ¿Quiéres jugar?- No hice caso del idiota, que con solo hacer dos flexiones se cree Hulk (superhéroe monstruo verde).

-¿Quiéres jugar muñeca?- Esta vez sí que me giré, pero con mala cara.

-Vete a jugar con otras putas que sepan quien eres, yo no.- Le dí la espalda con la intención de que me dejara tranquila, pero supongo que no se rindió.

-Tú eres una de esas putas que acabará en mi cama, preciosa.- No soy una boxeadora profesional, pero sé el punto débil de un hombre, y a eso me atreví, le dí donde le duele mas y ahí se quedó parado.

-Cuando te operes hablamos sobre tu cama.-

Seguí a lo mío, y me puse a golpear el saco con fuerza, hasta que entró él. ¿Cómo sabía que estaba ahí? Intenté no hacer caso, pero es imposible. En un abrir y cerrar de ojos el estaba ahí, desfogandose como nunca, no hacía nada mas que mirarle. Aquel cuerpo bién formado y esos rulos llenos de sudor.

-¿Qué le miras?- Una mujer de cabellos medianos, rubia y de ojos profundos me preguntó con cierta irritación.

-A él, ¿Por qué?- Me salió voz de inocente, sin saber el porque, ni quitarle los ojos a Harry.

-Porqué a él solo le miro yo, es de mi propiedad ¿Si?- Me dieron ganas de pegarle, ¿era su novia o algo? Supongo que sí. 

De repente esa mujer caminó hacia donde estaba él y le plantó un beso en los lábios delante mío, eso me dolió pero no supe el porqué, no podía sentir nada por él, se supone que soy su asesina ¿No? De extraña manera solo tenía ganas de llorar, así que me quité las vendas de las manos y las tiré allí donde nadie las podía ver, me dirigí a donde estaba el vestuario de chicas, un completo asco. Me miré los ojos en el espejo sucio que había en la pared blanca llena de pintadas. Ví que mis ojos estaban llorosos y yo no lloro, según la gente yo no tengo sentimientos y así es. Me lavé la cara con agua, y me volví a mirarme en el espejo. Esta vez ví a una mujer con el maquillaje corrido, con los ojos hinchados de dolor y la mirada oscura. Esa mujer no es Charlotte, esa mujer no soy yo. Le pegué, me pegué a mi misma rompiendome en pedazos.

Y así es como estaba yo, rota en pedazos.

La última parte fué un poco triste, tal vez, pero me inspiré de forma triste y necesitaba escribirlo. 

Sigan votando y comentando, y recuerden que las amo demasiado.

-Nina-

No te vengas conmigo, será peor. -Harry Styles-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora