Mar Luminoso

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Hablemos del mar, el mar en calma, sucumbido en la acogedora oscuridad de la noche mientras unos hermosos astros de luz se reflejan en él ¿Hermoso no? Pero llegan vientos fuertes y el mar deja de estar en calma para entrar a un estado de temor, se pone a la defensiva y se oyen como las olas chocan entre sí creando cada vez más fuertes torrentes de agua que se deslizan hacia la suave y fresca y arena, aun así la luna y las estrellas siguen resplandecientes brillando de forma hermosa sobre él, ya no es el mar del que hablamos ¿Aún no lo notas? Eres tú, en esa noche en la que hacia un frio estremecedor pero a la vez parecía estar bastante tranquila, mirabas al cielo despejado intentando contar cada estrella mientras pensabas que toda esa cantidad era cuanto la amabas y a su vez su brillo se reflejaba en tus tiernos ojos dilatados, de pronto notas como todo se empieza a nublar y las gotas de agua empiezan a resbalar por tus aterciopeladas mejillas ¿Era la lluvia o eran tu lágrimas? Imposible saberlo ¿Cómo todo pudo cambiar tan rápidamente? De esa paz y serenidad a ese temor e inseguridad ¿Qué es ese sentimiento que empezaste a sentir en tu pecho? Era un sentimiento de rencor, tristeza y miedo, un profundo miedo a lo que pasaba y podría pasar, esos sentimientos arremolinados se convertían en grandes y saladas y gotas que salian a borbotones de tus ojos como si estuviésemos hablando del mismo mar represo detrás de estos, salían nada mas para fundirse junto al agua que brotaba del cielo para luego perderse a lo largo de tu cuerpo; a pesar de todo esto aún no había ni una sola nube que tapará la luna, quizá sí las estrellas pero no la luna, ella seguía tan gigante y majestuosa como siempre brillando como nunca antes lo había hecho para así reflejarse solemnemente en esas pequeñas y vidriosas esferas que en tu cara se hallaban, la luna no era la única que tenía derecho a brillar pues a pesar del dolor que en ese momento sentías aún, había una centella de esperanza la cual se negaba a ser apagada en lo más profundo de ti, ella también brillaba más que nunca sólo para lograr hacerte saber que no todo estaba perdido, que esta vez volverías a hacer las cosas y las harías bien y así sólo quizá el mar podría volver a estar en calma y apreciar la luminosidad de todas las estrellas juntas.

Líricas BonhomíasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora