Lluvia del Hado

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Cuándo el sol brilla y en permanencia ilumina
Esconde entre las nubes la penuria divina
Un torrente de fuego que en gotas se avecina
Una tormenta que arrasa con la calma que había
Tal como una vez leí
Es el cielo envidioso de la felicidad que habita
Y es tan añorable la paz encontrada
Que es difícil darse cuenta que el agua cae
Que la estabilidad se ha desvanecido y se está mojada
Es tarde ya cuando nos damos cuenta
Implorando en silencio la fastidiosa sequía
Que aunque es molesta, te mantiene seca
Pues es obstinado sentir que falta aquello que se sentía
Pero solo al rato sin caer en cuenta que ya no se había
Y es que se oye lejano el trueno acompañado de su centella
Que no se diferencia si es real o el sueño de una estrella
Solo cuando vemos que falta y que dejó de iluminar
Vemos que ya es de día y dejó de garuar

Líricas BonhomíasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora