ALIVE - Albalia

Nuevos comienzos

Hace algún tiempo que trato de encontrarme a mí misma, que intento descubrir que es lo que verdaderamente me hace feliz, y no es que tenga una vida de mierda, no puedo quejarme tampoco, pero necesito un cambio, algo que me haga sentirme viva cada mañana.

Por fin después de 4 duros años de universidad puedo decir que he acabado la carrera de Bellas Artes y es momento de tratar de vivir de esto, por eso mañana pongo rumbo a Madrid, si hay un sitio adecuado para triunfar es en la capital y yo voy a por todas.
Me da pena dejar a mis padres y a Marina, mi hermana, pero sé que ellos lo entienden y que me apoyan, por eso no pusieron ninguna pega cuando hace mes y medio anuncié que me iba a mudar con María, mi mejor amiga, para perseguir mi sueño.

El verano se ha pasado volando, y en un abrir y cerrar de ojos ha llegado el día de dejar mi casa, por suerte la Mari lleva un par de años viviendo en Madrid y por lo que me ha dicho su piso es bastante grande, por lo que dudó ni un segundo en ofrecerme vivir juntas cuando le dije que necesitaba empezar de cero.

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- ¡Alba cariño!, ¿Estás segura de que llevas todo? -Dijo mi madre mientras miraba como me sentaba en la maleta tratando de que cerrara,
- Pues si no lo llevo todo lo compraré ahí mamá, porque ya me está costando cerrar esto- Dije apretando los dientes por el esfuerzo. - De reojo podía ver a mi hermana reírse ante la escena mientras se despedía de Queen, mi gata, a la que por supuesto iba a llevarme conmigo, - Menos mal que solo tienes que llevar esa maleta y el transportín de la gata y que mandamos todas tus cosas en cajas hace unos días…
- Pues sí, fue la mejor idea que tuvimos, esto de la mudanza ha sido más difícil de lo que creía- Añadí tras conseguir cerrar la maleta- Vale, creo que esto ya está, ha llegado el momento de despedirme que al final pierdo el tren.

Observé como las dos ponían una mueca de tristeza en sus caras y no pude evitar que mis ojos comenzaran a humedecerse.

- Te vamos a echar de menos cariño- Dijo mi madre mientras me abrazaba.
- Muchísimo de menos – Marina no pudo resistirse y las tres nos fundimos en un abrazo sincero, sabía que nos veríamos en Navidad, pero no podía evitar sentir un poco de miedo ante la aventura que estaba a punto de empezar.

El telefonillo sonó, eso era señal de que mi padre esperaba abajo con el coche para llévame a la estación, por lo que tenía que bajar ya.

- Os quiero, prometo llamaros todos los días y contaros que tal me voy adaptando – Grité desde el ascensor.
Una vez abajo, me crucé con la mirada orgullosa de mi padre, él sabía lo importante que era esto para mí, y con ese ambiente de confianza que su presencia me transmitía llegamos a la estación donde me despedí de él con un abrazo lleno de amor.

Mi padre y yo nos entendíamos a la perfección, no hacía falta decir más, pero antes de marchar me dio un sobre y me hizo prometer que no lo leería hasta que estuviera en el tren, y con esa promesa me marché.

De fondo podía ver las sombras de la ciudad que me vio crecer desvanecerse, junto a ella todos los malos recuerdos, las decepciones, y los momentos duros quedaban atrás.

Es cierto que todas y cada una de esas cosas me han hecho ser quien soy ahora y estoy muy orgullosa de lo que he conseguido, pero hace tiempo que este dejó de ser mi lugar, se había convertido en una jaula que me impedía volar, era momento de escapar.

De repente me acordé del sobre que mi padre me había dado antes de subir al tren; rebusqué en el bolsillo de mi chaqueta y lo saqué. Lo abrí despacio y comencé a leer:

“Alba cariño, imagino que lleves ya un rato en el tren rumbo a tu nueva vida, he preferido escribirte estas líneas para evitar que me recuerdes hecho un mar de lágrimas.

Solo quería decirte que estoy muy orgulloso de ti, eres la hija con la que todo padre sueña, y que estoy seguro de que vas a lograr todo lo que te propongas, vas a ser la mejor pintora del mundo, no tengo la menor duda, y yo como tu padre siempre voy a estar para apoyarte en todo.
No te preocupes por nosotros, tanto Marina como tu madre están súper contentas al verte sonreír otra vez, y aunque al principio las cosas seguramente no vayan a ser fáciles solo estamos a una llamada de distancia.

Lucha Alba, lucha por tus sueños como siempre te hemos enseñado, no dejes que nadie te diga que no puedes lograrlo. Te quiero mucho, y ya estoy deseando que pasen estos cuatro meses para que llegue Navidad y poder abrazarte nuevamente.

PD: Sé que María va a estar contigo para todo, pero ahora te toca a ti también cuidarla a ella, no dejes que ese bichillo te revolucione mucho y dale un abrazo de nuestra parte en cuanto la veas.

Te quiero hija.”

Terminé de leer la carta de mi padre entre lágrimas, pero sentía una mezcla entre alegría y paz al saber que ellos, mis padres, las personas que más quería en este mundo estaban orgullosos de mí, y con este pensamiento me quedé dormida el resto del viaje.

- ¡¡Albaaaaaaa!! – Me giré asustada y fue entonces cuando vi a la loca de mi amiga María correr hacia mi mientras la gente la miraba mal por el escándalo que estaba armando.

- ¡Mariii, tía!!! Qué ganas tenia de verte en serio – Nos fundimos en un fuerte abrazo – ¡Al fin estamos juntas las tres! – Dije señalando a Queen que nos miraba desde el trasportín que había dejado en el suelo.

María comenzó a reírse mientras se agachaba a saludar a la gata, que como era habitual no se mostraba especialmente cariñosa. – Bueno veo que las cosas no han cambiado nada, Queen sigue pasando de mi culo, así que perfecto.

– Jajajaja tranquila Mari que es así con todos menos conmigo, pero por lo menos me aseguro de que no me vaya a dejar por otra.

Al terminar de decir esto María se levantó mirándome más seria, - Tía lo siento, sé que lo pasaste mal con lo de Alex y que no estuve para apoyarte, pero…. – María sabía que lo había pasado fatal al enterarme que el que había sido mi novio durante toda la universidad me había puesto los cuernos con otra.

- No te preocupes Mari, está superado, ya han pasado unos meses desde eso, así que borrón y cuenta nueva. – Dije con una sonrisa.
Es verdad que lo había superado, pero el enterarme de lo de Alex y dejarlo de aquella manera era una de las causas que me habían empujado a querer salir de Elche, ya no lo quería, pero recordar una traición así seguía doliendo.

Después de la breve alusión al idiota de mi ex, hicimos como si nada y emprendimos rumbo al piso, al que sería mi nuevo hogar, y no podía estar más contenta.

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Bueno, primer capítulo un poco introductorio para poner en contexto como empieza la historia.

No sé si leerá esta historia alguien o no, pero si es así bienvenidx y gracias por acompañarme, aún no se bien cómo va esto de escribir fics así que si cometo muchos lo siento, prometo ir aprendiendo.

Estoy abierta a cualquier opinión porque de ellas se aprende por lo que te animo a comentar.

Nos vemos en el siguiente capítulo!!

Besos