3. El Guardaespaldas

995 33 0
                                    

Me desperté cuando el sol que se colaba a través de la ventana de la habitación empezó a darme de lleno en la cara. No sabía qué hora era, pero imaginaba que no muy pronto ya que podía escuchar a María trasteando en la cocina y no es que mi amiga fuera la más madrugadora del mundo.

La rubia abrió la puerta de mi habitación de golpe con una sonrisa de oreja a oreja y una bandeja en la mano.

- ¡Buenos días bella durmiente! – Gritó mientras dejaba lo que traía en la mano encima de la mesa y se tiraba encima de mi – ¡Pero si ya está despierta la princesa! No sabia que te hicieras la remolona por las mañanas, eso o que has escuchado como hacía zumo y sabías que te iba a traer el desayuno – Siguió como una ametralladora sin parar de hablar.

- Mari, tranquila, no me avasalles que acabo de abrir los ojos - me reí ante la energía de la rubia. - Entonces eso que huele tan bien, ¿Es para mí? – Pregunté con cara de inocente mirando la bandeja que había traído la Mari con zumo, café y unas tostadas de aguacate.

- Si sí, es para ti, pero no te acostumbres, solo hoy porque es tu primer día viviendo conmigo y tengo que dar buena imagen.

- Ya me parecía a mí... - dije dando un largo trago a mi zumo.

- Bueno, ¿qué te apetece hacer hoy? – Preguntó animadamente María – Turismo por la ciudad, día de relax en casa, ¿o tienes alguna otra idea?

- La verdad es que no tenia planes para hoy, me vale cualquier cosa – en ese momento lo único que me importaba era devorar las tostadas.

El móvil de María empezó a sonar y esta contestó rápidamente.

- ¡Diga! ... Si si puedo pasarme ... claro no hay problema... en 1 hora estoy ahí.... ¡Hasta luego! – Y colgó

- ¿Quién era? ¿Tienes que marcharte? – Pregunté mirándola.

- Era mi jefa, que necesita que vaya a la oficina a llevarle unos papeles que tengo aquí en casa cuanto antes – Me comentó frunciendo el ceño – Lo siento Albi, pero no puedo escaquearme de ir, además mi jefa es súper estricta y me conviene tenerla contenta...

- Jooo – me quejé – Pero si te había dado el día libre ¿no?

- Sí sí, no me tengo que quedar, sólo acercarle esos documentos – Dijo levantándose de la cama – De hecho, ¿qué te parece si me acompañas a la oficina y ya de ahí nos vamos a hacer turismo?

- Joe con tu jefa... Pero bueno, no es mal plan, así aprovechamos el día. Voy a darme una ducha rápido y me visto.

- Vale rubia, ya siento el cambio de planes, en realidad es buena tía, muy seria y eso, pero no tuvo problemas en darme el día de hoy, así que tengo que hacerle el favor.

- No te preocupes – Le dije levantándome de un salto para activarme – Vamos a llevar eso y luego ya me enseñas Madrid.

Nos preparamos lo más rápido que pudimos para no perder más tiempo; no tenía muy claro que ponerme así que me decante por algo básico, unos vaqueros y una camiseta negra de manga corta, unas zapatillas cómodas y lista.

Ya en el metro, María me contó que trabajaba en el departamento de Marketing de una importante empresa Madrileña. Su jefa era la hija del dueño, una joven pija que tenía todo en esta vida pero que aún así no parecía ser muy feliz.

Siempre estaba de mal humor, y era súper seria con todos sus empleados. No era mala persona, pero creaba un áurea de temor a su alrededor, nadie se atrevía a contradecirla.  Que era muy buena en su trabajo, que estaba muy preparada y que en los últimos años había impulsado mucho la empresa llevándola a lo más alto, cosa que la prensa había reconocido en numerosas situaciones.

ALIVE - AlbaliaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora