12. La cena

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POV NATALIA

Solté el aire de mis pulmones lentamente, habían pasado dos días desde la cena con Alba en la oficina, y desde ese momento no era capaz de borrar la escena de mi mente.

Me encontraba tirada en la cama mirando al techo, era la primera vez en las últimas 48 horas que tenía un rato para poder descansar, ya que al día siguiente tuve que viajar a Barcelona a presentar el proyecto en el que habíamos trabajado. Las reuniones fueron un auténtico éxito, el boceto de Alba había encantado a los clientes casi tanto como a mí, por lo que no podía estar más feliz.

No podía tener más ganas de verla mañana para contarle como había ido, podía imaginármela nerviosa pensando en que el diseño no iba a gustar, y culpándose por ello, esta imagen me hacía sonreír, y es que estas inseguridades y su faceta perfeccionista fueron una de las tantas cosas que pude descubrir en nuestra improvisada velada.



Dos días antes 20:45 h (Oficinas de Oceans S.A):

Los lunes solían ser duros, pero lidiar con la resaca que arrastraba por culpa del fin de semana me lo había empeorado más, la falta de concentración había hecho que me viera obligada a quedarme después del cierre a terminar unas cosas, pero por fin había acabado mi parte y me iba a casa a descansar, al día siguiente tenía que viajar y necesitaba recuperar fuerzas.

Recogí mis cosas y cuando ya iba a salir de la oficina algo llamó mi atención, al parecer Alba se había tomado en serio lo de trabajar en el boceto, y eso era algo de agradecer, me gustaba que mis trabajadores dieran el 100%.

Me quedé un momento observando como la rubia trazaba con precisión líneas que era incapaz de distinguir desde mi posición, pero por su cara de concentración intuía que tenia que ser una maravilla. No pude evitar sentirme un tanto culpable por la situación, ya que había hecho un encargo a ultima hora, y no precisamente uno fácil, de hecho, había seleccionado otro de los diseños presentados por el equipo porque veía casi imposible que Alba pudiera acabarlo a tiempo, ya que lo necesitaba para primera hora de la mañana.

Una idea cruzó por mi cabeza, pero me golpeé mentalmente solo por pensarlo, y es que a mi me encantaba involucrarme en los trabajos, pero solía hacerlo por mi cuenta, nunca había diseñado mano a mano con alguien, pero sería a la vez una buena forma de ayudarla y no sentirme tan mal por hacerla perder el tiempo.

Sé que había dicho que quería mantener las distancias con ella pero, ¡a la mierda!, la chica parecía maja y muy trabajadora, mis paranoias mentales no iban a hacer que me comportara como una estúpida con ella, que realmente no tenía culpa de nada, al fin y al cabo me tenía que empezar a acostumbrar a trabajar en equipo con la rubia y las compañeras de trabajo no tienen por que llevarse mal, que era lo que yo estaba consiguiendo.

Con estas ideas abrí la puerta de mi despacho y me dirigí segura hasta donde ella estaba, sujetaba un boli entre sus dedos y mordisqueaba nerviosamente la punta, mis tacones la alertaron de mi presencia, y fue entonces cuando levanto la vista de la mesa dirigiendo su mirada hacia mi. Después de lo gilipollas que había sido esta mañana con la pobre, no me extrañó la cara de susto que puso al verme, por lo que me conciencié para hacerla sentir bien y ayudarla con el trabajo, lo que no imaginé es que me iba a venir tan arriba como para invitarla a cenar, pero de perdidos al río, al fin y al cabo, se lo debía.

Me sorprendió gratamente el talento de Alba, prácticamente lo tenía todo terminado, solo necesitó un pequeño empujón por mi parte para que hiciera los retoques definitivos, y el resultado fue simplemente espectacular. No tenía la menor duda en que ese sería el diseño que presentaría a los clientes al día siguiente.

ALIVE - AlbaliaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora