Me despierto por la claridad que entra por mi ventana, me siento en la cama estirando las piernas y voy hacia el tocador para peinar mi cabello lacio y de un color rojo brillante, me pinto una raya negra en mis ojos esmeraldas, y un rosa pálido en mis labios. Me visto cómo siempre, con un vaquero ceňido, una camisa estampada y un suéter de capucha color verde, con mis converse desgastadas, por supuesto, les tengo mucho cariňo.
Bajo las escaleras para ir a la cocina a desayunar, mi padre ya esta sentando, con una taza humeante de café en las manos y el periódico apoyado en la mesa.-Buenos días Papá- le doy un beso y me dispongo a desayunar, un tazón de leche con mi querido cola-cao y galletas.
-Buenos días mi princesa, hoy has madrugado- dijo mi padre mirando hacia el reloj de la pared.
Solo eran las 7 de la maňana, normalmente me suelo despertar a las 8:30 pero hoy era un día especial, es mi cumpleaňos.
Hoy cumplo 21 aňos, en mi familia es la edad correcta para encontrar a mi pareja, no tengo ni idea de como, pero según mi padre los olores se me intensificaran y habrá un olor entre todos que me llamara y no dejare escapar.
La verdad, no me interesa esto de buscar pareja. Estoy bien sola.
Me encanta correr por el bosque, perseguir el viento, sin preocupaciones, y sin nadie a quien darle explicaciones, aunque a veces se las tengo que dar a mi manada.Mi manada, ellos son mi familia, aunque no llevemos la misma sangre. Una gran familia que se proteje unos a otros.
Yo, al igual que ellos pertenecemos a la misma especie, no somos tan diferentes de las personas humanas, salvo que cambiamos de forma, en una muy temida por ellos, lobos.
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Te Daria La Luna
WerewolfGuacimara. Mara. Princesa. Son los nombres por los que me conocen. Me gustaba la vida que tenía. Pero siendo la hija de un alfa y al cumplir los 21 años todo se complica. Y quieras o no, tienes que tomar decisiones. Decisiones que pueden ser las er...