Albino desvergonzado - Cαρíтυℓσ 7

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Al salir de aquella casa donde creo que he vivido uno de los momentos más incómodos desde hace mucho tiempo, me apetecía un buen batido de fresa frío y descansar un poco con la esperanza de que no estuviera mi madre y estar tranquila un rato viendo yaoi y preguntarme como se siente que me la metan por el culo. Pero detalles aparte, creo que no sabré como se siente hasta que no pague a un prostituto, aunque creo que tendría que estar más desesperada de lo que estoy, si estoy hasta disfrazándome de chico simplemente para llamar un poco su atención, pero me gusta la verdad.

Entre paseo y canciones de BTS recibí una llamada, era Erick, ¿Qué querrá? Me estoy volviendo muy social últimamente siendo sinceros. Acepté la llamada.

—Hola.

—Hey, Ashley. ¿Te apetece quedar? No tengo nada que hacer y ya hace bastante que no hablamos.

—Cierto, venga, vale, voy para tu casa.

—Te espero, adiós.

—Adiós.

Colgué, mi descanso del mundo se va a convertir en un descanso de llevar vestido y unas panties rosas que siempre molestan a mi gran amiguito. Las cosas como son.

Supongo que a nadie le interesará mis paseos y mis coros sola de canciones coreanas, así que pondré simplemente que llego a casa de Erick, voy a su apartamento y me abre la puerta, se nota que no estaba haciendo nada importante ya que me abrió con gran rapidez y con una enorme sonrisa en la boca que correspondí con timidez. Nos saludamos y entré yendo a su salón sentándome en su sofá, en la mesilla había un gran plato de galletas que agarré sin dudar, es la hora de la merienda, así que... pues tengo hambre, no hay misterio.

Erick se sentó a mi lado con una sonrisa que ya me estaba dando algo de mal rollo.

—Emmmm... ¿Por qué tan feliz?

—Por nada, Yale.

Tragué saliva al escuchar el nombre con el que me nombró, ¿Cómo cojones lo ha descubierto?

—Emmmm, ¡Lo puedo explicar!

—No, no hace falta que digas nada, ya sé lo que pasa, descubrí tu perfil en Instagram y vi como subiste las fotos que te hice, llamándote Yale, Ashley, no puedo creer que te estés haciendo pasar por hombre para gustarle a esa tal Yui, si no es lesbiana pues busca a otra chica, no la engañes de esa manera... por cierto, es linda... ¿Me la podrías presentar algún día?

Me encanta la manera en la que se a liado él solo, pensando que quiero enamorarla, lo que me faltaba ya, la verdad, yo me reiría fuerte si me dijesen que soy novio de Yui.

—Intento enamorar a Álvaro.

—¡Es lo mismo! Si es gay, pues déjalo.

Salió un suspiro de mis finos labios pensando en que decirle... Tendría que decírselo, y solo se me ocurre una manera delicada de hacerlo.

—Soy hombre.

La cara de Erick en ese momento era para hacerle un monumento y que las generaciones futuras lo encuentren y se pregunten que clase de situación tenía que vivir ese pobre desgraciado para tener esa tremenda cara. Y después de un minuto por parte suya para procesar la información, contestó.

—No me lo creo.

—¿Quieres que me suba la falda?

—No, no, no, me lo creo.

Y así chicas, es como se consigue que nadie dude de tu sexo.

—Pero... ¿Por qué te vistes de mujer? ¿Es un fetiche o algo por el estilo?

—¡No, no, no! Ni si quiera me gusta llevar ropa de chica. Es simplemente que... Me obligan.

—¿Te estás dando cuenta de la trola que me estás contando, no?

—Calla y escucha. Mi madre quería una niña y como salí niño pues me disfrazó.

—Ashley, anda, dime la verdad, no me reiré si te gustan... este tipo de cosas.

Suspiré ya algo cansada de que no me creyese, ¿Tengo cara de violador de niños o algo? Giré mis ojos, y le miré con seriedad a la par que me cruzaba de piernas. Saqué mi móvil y busqué en la galería alguna foto de cuando era pequeña con cinco años aproximadamente, tenía una gran melena rubia y unos grandes ojos, un cuerpo muy delgado, llevaba unos pantaloncitos rosas y una camiseta blanca.

—Sí... Debes ser tú, te pareces demasiado... ¡Pero puedes tener el pelo largo y seguir siendo niño!

—Eres cabezota...

—Y tú historia parece una novela mal hecha.

—¿Enserio? Afff... Bueno, cree lo que quieras, que se note lo que confías en mí.

Suspiré para después levantarme del sofá y dirigirme a la puerta, Erick mientras caminaba intentaba convencerme de que dijese "la verdad" hasta tocar el pomo de la puerta que me dijo en forma de un susurro suave:

—Lo siento.

Sonreí ligeramente girandome para después ver a Erick.

—Solo quiero ser yo cuando no está mi madre.

—Aunque... Esto es algo... Muy raro para mí, te ayudaré. ¡Mira! ¡Para que olvidemos todo esto! Te dejo algo de ropa, te peinamos bien y salimos, ¿Tú madre te dejaría quedarte a dormir?

—Pfff... Desde luego, está loca porque me saque novio. Cree que por disfrazarme de chica también voy a ser gay. Aunque al final lo he sido, pero bueno. ¡Vamos!

Erick ayudó a Ashley con su misión de ser el chico más jodidamente guapo, sexy e irresistible de esta maldita ciudad, y lo conseguimos con un conjunto divino y el peinado que me puse la última vez, que lo adoro.

—Muchas gracias.

Cuándo terminé de mirarme en el espejo con mi nueva forma, le agradecí con una gran sonrisa mirándole a los ojos.

—Estás diferente...

—Normal, pelo nuevo y ropa nueva.

—No, eso no. Tu sonrisa, ahora es más grande y verdadera.

Sonreí tímidamente con las mejillas algo sonrojadas para después lanzarme sobre él para abrazarle.

Food boy [YAOI]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora