Capítulo 4: La lujuria de la maga de agua

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He decidido cambiar el título y el contenido del capítulo 4.

Natsu despertó aquella bella y calurosa mañana con alguien durmiendo a su lado, se trataba de Juvia y este tuvo  que parpadear varias veces ante esto, él estaba desnudo, retiro la sábana comprobando que no era el único.

-Sama-susurraba la maga con una cara tierna mientras dormía.

-¿Qué demonios ha ocurrido aquí?-entonces escucho un ruido desde el cuarto de baño, Erza salió vistiendo tan solo una toalla atada a su cuerpo.

-Ah, buenos días-dijo ella mientras saludaba al chico.

-Erza, ¿qué paso anoche?-pregunto nervioso.

-¿No lo recuerdas?, pues como de costumbre Gray rechazo a Juvia, fuiste a un bar con ella a beber para tratar de animarla, la trajiste a tu casa porque estaba más cerca y bueno...ya puedes imaginar que ocurrió-explico ella, uso su magia y se vistió con su ropa habitual.

-Un momento, ¿tu estuviste mirando todo este tiempo?-aquello le hizo sonrojarse.

-Si, no pude resistirme a mirar, has mejorado mucho-contesto guiñando un ojo.

Natsu se sentó al borde de la cama apoyando su mano en la cabeza, poco a poco los recuerdos fueron viniendo a su mente.

Esa misma noche Natsu algo bebido cargaba a Juvia que llevaba una botella en la mano diciendo que no podía soltarla, la confundía con Gray y tenía hasta miedo por lo que tuvo que dejarlo estar. La dejo sobre la cama mientras ella aún balbuceaba cosas.

-Maldito pervertido de hielo, siempre haciendo cosas molestas-entonces sintió un abrazo por la espalda.

-Gray...sama...¿porque no quiere a Juvia?-para su sorpresa, el olor a alcohol no era  tan fuerte, se giro y pudo ver una cara triste de la maga de agua.

-Juvia, no soy Gray-la maga le planto un beso y lo tiro hacia ella cayendo ambos a la cama mientras se besaban.

-¿Acaso Juvia no es lo suficientemente guapa?-su mirada mostraba una tristeza que nunca había visto en ella.

Por si fuera poco, ella se quito los botones de la camisa dejando ver que no llevaba nada mas debajo, sus pechos eran diferentes a los de Erza, quizás un poco más grandes. Ella llevo las manos hasta ellos, sentía la suavidad y podía palpar lo grandes que eran. Trago saliva, a diferencia de la pelirroja, iba más despacio.

-Natsu...sama-aquellas palabras dichas con aquel tono y de manera tan sensual encendió al joven que poco pudo hacer para resistirse a sus instintos.

Su mano izquierda manoseaba aquella carne mientras que la derecha bajo hacia el muslo, acaricio este tratando de provocar a la joven.  Deslizo su dedo suavemente, luego con la palma agarro el muslo entero, froto despacio hasta ir subiendo poco a poco a la zona entre sus piernas. 

-¿Donde ha aprendido a hacer este tipo de cosas?-fue lo único que entendió de Juvia dado el ritmo de respiración de ella.

Se detuvo justo antes de llegar al punto, con su dedo indice pasaba de un muslo a otro de manera juguetona, se detuvo a mirar como lo hacia con una sonrisa y cuando miro a Juvia pudo ver a esta inflando los mofletes. Entonces decidió de jugar e introdujo su mano que no tuvo ningún tipo de resistencia.

Para su sorpresa, tampoco llevaba nada ahí abajo y además, la zona estaba completamente depilada.

-Juvia odia a Gray-sama, él nunca da amor a Juvia-sin duda alguna el alcohol sacaba su otro yo.

Natsu dejo de tocar, se arrodillo ante la mirada roja de Juvia, pensaba que le estaba gastando una broma, que el dragon slayer nunca haría nada de eso pero no tuvo tiempo para seguir pensando ya que este despejo todas sus dudas. Lo único que podía hacer ahora era abrir las piernas, y sujetar el cabello de Natsu mientras trataba de aguantar sus gemidos. Como era de noche y al mantener una relación sexual, no se percataron de que Erza estaba sentada en una silla en el rincón observando todo lo que pasaba.

-Natsu-gemía ella para dar un gran gemido y caer rendida.

Luego se levanto, se limpió la boca con su mano y se quito la ropa dejando al dragón a la vista de Juvia que estaba perpleja ante aquella monstruosidad. Tras unos segundos mirándose, la maga de agua ya estaba algo recuperada por lo que se levanto de la cama para ponerse de rodillas enfrente de aquello. No hizo falta ningún gesto, simplemente lo hizo.

-Es muy diferente a cuando lo hacer Erza, es más...¿húmeda?-pensaba mientras recibía el placer de la boca de ella.

Juvia pudo sentir como algo caía de su entrepierna manchando el suelo, pero no solo de ahí sino de su boca caían babas al suelo, estaba tan excitada y lo hacia de aquella manera que mojaba el piso.

-Juvia...Juvia desea saber si lo hace bien-pregunto dando besos a la zona.

-Por supuesto-Natsu sentía que estaba a punto de estallar.

-Juvia esta feliz por eso-siguió haciendo aquello y a los pocos segundos sintió como su boca se llenaba con el amor de Natsu.

-Lo siento Ju-pero vio que ella tragaba todo y luego le miraba con lujuria.

Natsu la ayudo a levantarse, la tumbo encima de la cama para ponerse él encima, su miembro aún estaba duro como una roca, rozando la zona genital de ella que se deshizo de su ropa quedando desnuda frente al mago. Luego con sus dedos abrió su vagina para que este no tuviera ningún problema.

-¿Estas segura de esto?-pregunto mirando a la joven.

Ella asintió y el mago lo introdujo de manera suave, era algo apretado pero las paredes de su cavidad empezaron como a succionar su miembro provocando un placer en la punta. Luego entro todo y como ocurrió con Erza, un líquido rojizo mancho su pene.

-¿Te duele?-pregunto preocupado, ella negó con la cabeza, el efecto del alcohol hacia que no sintiera tanto dolor.

Tras unos minutos yendo despacio para acostumbrar el cuerpo de la joven, después de eso, el resto fue más tranquilo, el chico movía sus caderas embistiendo a Juvia quien abrazo al joven con sus piernas y brazos dejándose llevar por aquel placer que era nuevo para ella.

-Juvia...creo que...voy a llegar-apenas podía decir palabra.

-Juvia piensa igual-beso al joven con pasión mientras sentía el embiste de este.

Finalmente llegaron juntos dando un gran gemido, luego se separaron quedando exhaustos uno al lado del otro. Juvia enseguida se quedo dormida, entre el alcohol y la actividad física que había llevado a cabo estaba sin fuerza. Natsu la tapo y se dispuso a dormir también, había sido una noche mágica.

Continuara.

En el próximo, Capítulo 5: Diversión en la piscina

Mi juguete favorito es un dragón(Narza)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora