Prologo.

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Esta es la historia del señor Tomlinson y su aprendiz Styles, que invertirán roles, y comprenderán el punto de vista del otro, lo cual hará que su confianza crezca a pasos agigantados. Y es que, este juego de roles era muy intenso que solo podía funcionar si los dos confiaban ciegamente en el otro. 

Louis era un profesor muy estricto, que hasta los demás profesores se ergian en su presencia, nadie le podía llevar la contraria, no tenían la valentía para hacerlo por que el señor Tomlison no estaba tan equivocado en lo que hacia solo que, era mano dura. Era conocido por sus castigos, que otorgaba a sus alumnos a la hora de desobedecer, sin excepción. Jamas daba su brazo a torcer, sin importar los motivos y los ruegos. Muchos rogaban una segunda oportunidad, ya sea por cambiar sus actitudes o subir sus notas, pero Tomlinson era un hueso duro de roer, exigía lo mejor y nada mas que lo mejor. 

Seguramente se preguntaran cuales eran esos dichosos castigos que le aseguraron su reputación en la Universidad, segun sus alumnos eran metodos rudos de alguien descabeyado y psicopata pero, en verdad eran castigos de la antigua escuela, solo que los jovenes de estos años no estaban acostumbrados a ser tratados asi, no podian ser sumisos, eran rebeldes, eran adolescentes con las hormonas sueltas, por lo menos eso trataban de hacerle entender los demás profesores al señor Tomlinson, el cual se negaba a cambiar su método de disciplina. Para el, un profesor era la autoridad y su dominio no debia ser puesto aprueba por ningún joven inmaduro, los alumnos debían ser mas correctos y mas sumisos, pensaba. 

El estaba satisfecho con sus resultados pero, los demás no, y por ello, un día juntaron firmas para echarlo del instituto. Esto lo indigno pero, se fue con la barbilla en alto, estaba seguro que sus métodos estaban bien y que otros institutos con aun mas alto prestigio lo comprenderían. Y asi fue, una prestigiada academia para niños ricos que necesitaban disciplina urgentemente poso sus ojos en su trabajo y lo contrato.

Quien diria que uno de sus alumnos seria el hijo del dueño de aquel lugar de aprendizaje y que le encantaria que alguien lo domase y le enseñace a ser sumiso. Y quien diria que a Louis le encantaria enseñar obediencia de otras maneras a fuera del instituto.

Louis aun no podía creer lo que había pasado tan solo unas horas atrás, en su primer día de trabajo. Aquel joven de risos chocolates y grandes inocentes ojos esmeraldas lo había dejado descolocado y tuvo que recuperar la compostura rápidamente para fingir que su comentario no le había afectado en lo mas mínimo. Pero la verdad es que si lo había echo. Suspiro y dejo su maletín en el sofá. Su primer día en esa institución prestigiosa y ya estaba empezando a cagarla. Pensar en un alumno de esa manera era... indebido y millones de cosas mas aun, que no eran calificadas como "correctas," Cualquiera diría que es un pedofilo, pero ¡Cielos! esos labios de color sandia, rosados, rellenos, sensuales diciendo aquello pondría loco a cualquiera. Y el no era la excepción por supuesto. 

Mini-Novela. Indisciplinados (Larry Stylinson)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora