El progenitor

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Después de pasar exactamente nueve horas en el instituto, salgo para encontrarme con Alex en el estacionamiento. Para mi desgracia está hablando con Jackson.  Rendida y sabiendo que me espera una larga charla de mierda, me dirijo hacia ellos.

—Te odio—Susurro con resentimiento a Jackson, él sonríe pero su sonrisa no llega a sus ojos.

—Sabes que me amas—Ruedo mis ojos y me coloco mi atención en Alex, que se encuentra mirándome seriamente con los brazos cruzados.

— ¿Ethan Smith?—Levanta una ceja con la clara señal de que espera una respuesta.

— ¿Qué pasa con él?—Me hago la desentendida, pero sé perfectamente que Jackson le ha contado todo, aunque no tengo idea que sea “todo”.

—Tu dime, ¿Debería golpearlo o amenazarlo tal vez?

— ¿Golpearlo? ¿Qué demonios está mal contigo?—No puedo creerlo, su comportamiento es cavernícola, solo hemos hablado dos veces dentro del instituto.

—Me dijeron que te vieron muy cercana a él, es mi deber hacer algo al respecto.

— ¿Quién te dijo?—Jackson no lo deja responder.

—Yo. Te vi coqueteándole, y al preguntarle a mi mejor amigo si sabía algo acerca del comportamiento de su hermanita, este me dijo que no, es mi deber informarle ya que tu no lo haces.

Respira y relájate Emily, respira y relájate.

— ¡Yo no estaba coqueteándole! Y ya dejen de meterse en mi vida, tengo  17 años, ninguno tiene derecho a cuestionar que hago—Dichas estas palabras ingreso al auto cerrando la puerta con mucha fuerza.

Soy capaz de escuchar como Alex suspira y le dice a Jackson que el tema de papá debe tenerme más sensible, eso y que debo estar en mi periodo. Escucho vagamente la respuesta de Jackson, algo así como que las mujeres somos sensibles por naturaleza. Después de un abrazo de “machos”, él se va y mi hermano entra al auto conmigo.

—Solo para que conste no estoy con mi periodo, no aun al menos—Le aclaro un tanto enojada.

—De acuerdo, eres sensible por naturaleza, lo capto. Aun debemos esperar a papá.

—Le daré quince minutos, si no llega para entonces me voy.

—Bien.

Después de veinte minutos esperando, Michael Hudson se digna a aparecer. Alex me había convencido de esperarlo cinco minutos más, y de hecho estaba a punto de irme cuando veo su lujoso auto aparecer, me resigno a pasar un día padre e hija, y por supuesto Alex.

—Alexander, estas gigante, mira cómo has crecido—Su saludo me parece patético, sin embargo Alex lo abraza sonriendo—Emily, eres toda una señorita.

Mi saludo se limita a un movimiento de cabeza.

— ¿Qué quieren hacer?, ¿Vamos a los juegos del centro comercial?

—Dejamos de hacer eso hace 8 años, tal vez si pasaras tiempo con nosotros lo sabrías—Su cara se transforma en una mueca, no esperaba esa respuesta, pero ya no somos niños y no podrá comprarnos con unas fichas para ganar unos estúpidos boletos mientras él le mira los senos a todo lo que tenga vagina.

—Podríamos ir por una hamburguesa—Propone Alex.

—Suena estupendo, vamos en mi auto y luego los dejo aquí para que se vayan a casa—Suena más una orden que una sugerencia.

Subo en el asiento trasero, e inmediatamente saco mi teléfono, ha respondido.

De: fanatico451@mail.com

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