Y también para los Kim.

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Capítulo 17. - Y también para los Kim.


"Sé humilde y respetuoso. Acepta las consecuencias de tus actos y respalda a Hyun Joong-ah". Esas fueron las palabras de su madre al salir de casa. El señor Heo ya no apareció. Al final de cuentas le era difícil procesar la idea de que su adorado Saengie sería padre. Su madre los despidió en la puerta y los dos, tomados de la mano, fueron con rumbo a la casa de los Kim. Iban sin idea ni noción de nada. Eran un par de adolescentes creyendo aún que la vida era un algodón de rosada azúcar.


Saeng, pensando en cómo dar la noticia a los papás de Hyun, recordó la forma en que se la dio a los suyos. - ¿Cómo se te ocurrió semejante locura? Darles la noticia así, a mis padres.


- Lo aprendí de ti.


-¿Eh?


- ¿No recuerdas que me diste la noticia de la misma forma?


- Pero, pero es distinto.


- ¿Por qué?


- Pues, por... Aish... ¡Hyun!


Hyun sonrió de lado. - Además, creo que fue lo mejor, tus padres son muy listos, lo hubieran sospechado de inmediato.


Saeng suspiró. Era cierto. - Espero que tus padres no lo tomen tan mal.


Hyun no contestó, pensando, apretó su mano. - Trabajaré y me esforzaré - comenzó a divagar. - Tú estudiarás mucho. Yo también. Entrarás a la universidad y te graduarás con honores. Cuidaremos del bebé los dos y estaremos bien. Lo verás. - Se acercó y depositó un beso pequeño en los labios de Saeng. Lo miró con fijeza al tiempo que decía. - Me gusta... Me gusta que actuemos cómo novios de verdad.


A Saeng también le gustaba. Estaba feliz a pesar de todo.


Al llegar a la casa de Hyun, Saeng se sintió cohibido. Era enorme y muy bonita. Saeng nunca había visitado el lugar y al verlo supuso que los padres de Hyun tenían una buena posición económica. Tal vez hubiera sido más prudente ir mejor arreglado. Temeroso, aminoró sus pasos. - Mis padres ya están en casa. - Comentó Hyun al ver un lujoso auto estacionado en la cochera. Los nervios de Saeng aumentaron. Hyun aspiró hondo y sacó sus llaves, jugó un rato con ellas, pero se armó de valor y abrió. Entró a la casa sin soltar a Saeng, quién notó de inmediato como su mano empezaba a sudar. Tenía que ser fuerte, respaldarlo, respiró hondo preparándose para la llamada de atención de los padres de Hyun. Lo aceptaría, así cómo aceptaría las condiciones que ellos les dieran.


Caminaron hasta la sala, dónde una mujer muy guapa y elegante bebía jugo con delicadeza, en tanto un hombre adusto, de gesto severo, leía con tranquilidad un libro. Al entrar interrumpieron su actividad y los miraron. El semblante del hombre se puso aún más serio y la mujer lo barrió con la mirada de forma despectiva. Saeng, muy nervioso, se escondió tras de Hyun.


- Bu... Buenas tardes. - Saludó lo más formal que pudo. No obtuvo respuesta.


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