Dulce, dulce victoria.

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Capítulo 21. - Dulce, dulce victoria.



El conocer al bebé les dio nuevos ánimos, en especial a Hyun Joong, quién se presentó de inmediato con el señor Heo para pedirle que lo dejara trabajar cuanto antes. El señor Heo, muy serio (pero por dentro, muy divertido), le indicó cuáles serían sus actividades dentro de su negocio. Hyun Joong prestó toda la atención necesaria y se grabó todas las explicaciones lo mejor posible.


Ahora todo iba en serio. Un pequeño ser estaba por arribar al mundo y Hyun Joong moría de miedo ¿sería buen padre? ¿Podría con la responsabilidad? ¿Daría lo suficiente? Haría todo porque así fuera, aunque el miedo estuviera constante y le hiciera sudar las manos.


Trabajó toda esa tarde y regresó muerto a casa.


A casa.


Sonrió entre triste y divertido. Era curioso que ahora pensara de esa forma con respecto a la casa de los Heo. Llegó y fue recibido por Saeng, quién le quitó la mochila que aún llevaba de la escuela y le acercó unas pantuflas.


Sus ojos se cruzaron dándose cuenta de cómo se veían. Y ambos echaron a reír.


- Parecemos un matrimonio de ancianos. - Opinó Hyun Joong y Saeng no dejó de reír.


- ¡No es verdad! - Sus mejillas se pintaron de rosa al decir. - Más bien, parecemos recién casados.

 

- Pero nos falta la luna de miel. - Aseguró Hyun Joong, pícaro, a su oído, divertido ante la turbación de Saeng.


- ¡Hyun!


Hyun lanzó una carcajada. En ese momento la señora Heo llegó viéndolos con una expresión de alegría. - ¡Aigoo! ¡El amor!... ¿Interrumpo algo?


- ¡Mamá! - Murmuró Saeng apenado. - No interrumpes nada.


- En realidad señora Heo, ¿le puedo decir "madre"? Creo que sí... - Se respondió Hyun de inmediato. - Estamos analizando las posibilidades de un segundo heredero.


La señora Heo rió con ganas mientras Saeng no cabía de la pena - ¡No es cierto! ¡Ustedes...! ¡Par de... sinvergüenzas! - Dijo y corrió a la cocina a calentar la cena. - ¡Hyun Joong! - Gritó desde ahí. - ¡Ve a lavarte las manos!


Mientras Hyun Joong obedecía, la señora Heo no podía parar de reír. Las cosas, al parecer, estaban funcionando.



***********



El señor Heo llegó, casi enseguida. Así, todos reunidos, cenaron escuchando los pormenores del trabajo de Hyun Joong. Saeng estaba muy preocupado, ¿resistiría con ese ritmo tan arduo? Se fijó en su plato ya casi vacío y puso un poco más de comida. Hubo un momento de silencio, con la atención de todos puesta en él. - Es... bueno... Necesita alimentarse. - Explicó a sus padres. El señor Heo asintió y le acarició el cabello. No era muy bueno con las palabras, pero estaba orgulloso de Saeng. Al terminar la cena, los señores Heo se disculparon diciendo que ya estaban muy cansados e irían a dormir. Hyun y Saeng se quedaron otro rato. Platicando sobre un futuro muy curioso. Un futuro donde serían padres de una pequeña alberja.

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