Ilsan - 2014

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- ¡Hola mamá, estoy en casa!

- ¡Mi pequeño hijo! – la señora Kim le dio un pequeño beso

- Te extrañé

- ¿mi hijo está en casa? – la voz del señor Kim se oía del otro lado de la sala

- Padre... – alcanzó a decir apenas porque este le dió un abrazo fuerte

- ¿todo está bien? ¿estas comiendo bien?

- Si padre, mamá estoy bien. Solo vine por el fin de semana y vuelvo a Seúl, hay mucho trabajo.

- ¡Namjoon oppa! – la pequeña hermanita de namjoon llegó corriendo a sus brazos

- ¡hola pequeña! Ohh, ¡cuánto has crecido! – todos se envolvían en una pequeña risa

- Hijo, espero no te moleste, pero la Señora Cho viene a cenar

- ¿la vecina?

- Si, su hija se irá a estudiar Japón y tu padre y yo queremos hacerles una cena de celebración.

- ¿Estás hablando de Danbi?

- ¿Hablas con ella seguido?

- Nos cruzábamos cuando iba a la escuela, de vez en cuando la acompañaba a su estación de autobús... - el ruido de la puerta interrumpió la conversación.

- Ya están acá, lava tus manos hijo vamos a cenar


(...)


La Señora Cho y los padres de Namjoon se quedaron conversando un poco en el comedor, mientras que él buscaba en la que solía ser su habitación un collar con un colgante de estrella que se había comprado el día que escribió su primera canción, asegurando que justo como ese colgante, sería una estrella que alcanzó su punto más alto en el cielo, que aquello que tanto anhelaba lo iba a cumplir porque sabía que ese era su sueño, ser una estrella.

Se sentía bien estar en casa, habían días en que se sentía consumido por trabajo y estrés y solo quería ir a dormir una sola noche en su antigua casa, ver la normalidad, vivir su antigua vida con sus cosas nuevas, pero cada sacrificio valía la pena, aunque amaba lo que hacía jamás se quiso desconectar de lo que lo hacia ser solo él, un chico feliz, tranquilo e interesado en el bien de los demás.

La ventana de la habitación estaba abierta, así que se aproximó a cerrarla, pudo notar algo verdaderamente interesante en el patio de su casa, la hija de la vecina jugaba con el cachorro de su hermana, había un poco de frío así que buscó en el armario uno de los abrigos que había dejado.

- ¿Por qué estas acá si hay tanto frío? – la voz de Namjoon la sorprendió y ella dio un pequeño salto tropezándose con la barrera de la casa del perro, él se rió un poco de la pintoresca escena – lo siento no quería asustarte ¿estás bien? – ella asintió – Ten – le entrego el abrigo con una leve sonrisita – hace un poco de frío ¿porque estás aquí sola?

- No es necesario – dijo ella con un poco de vergüenza

- Solo úsalo – volvió a sonreírle - ¿Japón entonces? – asintió - ¿te da vergüenza hablar conmigo? – asintió de nuevo - ¿Por qué? si hace menos de un año íbamos juntos a la parada de autobús para ir a la escuela – no pudo evitar soltar una pequeña carcajada

- Ahora eres famoso, las cosas cambian

- ¿Famoso? – hizo una pequeña mueca graciosa - ¿y eso me que me hace de diferente? Seguimos siendo vecinos, nuestros padres son amigos...

- Tu vida te hace diferente

- Sigo siendo el mismo – ella rió un poco

- ¿No more dream salió de esas veces que íbamos a la escuela? – dijo ella y el no pudo reírse al ver como desapareció la vergüenza en un instante

- En parte si, aunque N.O creo que nos identifica más – Nam rascó su nuca notándose un poco avergonzado, nunca había hablado con un extraño respecto a lo que hacía - Qué bueno que nos escuchas – se le ocurrió decir tratando de quitarse la vergüenza que le inundada y a su vez sonrió al ver cómo su comentario le había puesto las mejillas rojas a ella

- Son buenas canciones, creo que es una de las razones por las que decidí ir a Japón.

- ¿en serio?

- Sí, es como si me hubiesen hablado directamente a mí

- Tokio es un buen lugar para estar, estuve ahí hace poco

- Lo sé – se rieron al mismo tiempo – ¿Qué viene ahora?

- No lo sé – Namjoon se cruzó brazos, realmente no estaba seguro de lo que venía – puede ser cualquier cosa, por ahora seguimos luchando contra la marea. Algunos ya nos ven fracasar y debutamos hace un año apenas

- Lo que digan los demás no debe importarles, importa lo mucho que han trabajado para llegar ahí.

- Lo sé, pero no es tan fácil. Son como leones hambrientos y nosotros la presa

- Sean ustedes los leones, pero eso sí – ella se quitó el abrigo mientras oía la voz de su madre llamarle en el fondo de la casa – no tienen que comerse a nadie, solo demostrar que son el rey de la selva – Namjoon no pudo evitar sonreír ante esa declaración, sabía que era cierto, pero no dio tiempo de decir más – que tengas éxito Nam Joon – extendió su mano y él la tomó con seguridad

- Lo mismo para ti Danbi, llévate el abrigo hace frío – al soltarla Namjoon la acompaño a la casa, pero antes de dejarle entrar hizo lo que se convertiría en la decisión con más repercusiones en toda su vida – por cierto ¿te molesta si pido tu número telefónico? tal vez necesite clases de Japonés – ella no sabía que tal cosa le causaría tanto y a su vez nada, y sin dudarlo sacó su móvil del pantalón y se lo entregó a él mientras el hacía lo mismo.

- Hasta luego, supongo que te veré en la televisión

- O en una de las presentaciones en Japón, quién sabe

- Ya veremos. Adiós Nam

- Adiós.

Y como si eso fuese lo que ambos necesitaban, pasaron horas y horas pegados al móvil, con facilidad, sin vergüenza. Ninguno pensó que esa sola pregunta se convertiría en el inicio y final de algo que ni siquiera ellos pudieron controlar.

Las personas no se dan cuenta cuando conocen a alguien que va a ocupar un lugar enorme en su vida. Si fuese así de sencillo y sabiendo que luego de lo que parecía ser hermoso y puro, se convertiría en dolor y lágrimas, sencillamente darían un paso atrás y no dejarían a esa persona entrar en su vida, pero como no lo pueden saber en su momento, solo dan riendas sueltas a lo que en ese momento sienten que es correcto.

Namjoon creía que en parte necesitaba de esa compañía extra, porque muchas cosas pasaban en su vida y él no quería desconectarse de su vida normal, la del chico de Ilsan que solía tomar el bus con su vecina e ir juntos a la escuela. Compañía que con el pasar del tiempo pendía de un hilo, o mejor dicho, siempre lo hizo, un hilo inestable por el solo hecho de ser una persona diferente actualmente y de vivir en un mundo mezquino y egoísta.


~~~*~~~

~Lole~

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