Namjoon despertó sintiéndose cansado emocionalmente, le dolía la cabeza también, la noche anterior había tenido esa conversación con su cabeza, pero se negaba a hacerle caso y eso estaba mal, pestañeo varias veces para acostumbrarse a la leve claridad de la habitación en la que estaba, las cortinas apenas dejaban entrar rayos de luz del sol por la gran ventaba panorámica del piso 21 en el que se alojaba, frotó sus ojos para volver a apretar entre sus brazos el cuerpo cálido que dormía espaldas a él. Había tenido un vuelo largo y un tanto estresante, aunado a que estuvo lanzando pistas falsas sobre su presencia desde que salió de Corea, temía que le hubiesen seguido, era todo una odisea pero era necesario hacerlo.
Él sabía que despertarse junto a ella era de las cosas que más extrañaba, aunque no fueron muchas como quisiera, él sentía que cada que lo hacía podía acostumbrarse a tenerla así, entre sus brazos, viviendo un lindo sueño con una realidad totalmente distinta y para Namjoon era siempre agradable que alguien le hiciera compañía entre viajes por las noches y más si ese alguien era con quién le gusta hablar, reír, o simplemente estar.
Con el tiempo era más difícil dejarla ir y mucho más difícil verla sin que nadie se diera cuenta y de alguna manera le estaba estresando la situación. Las maniobras que tenían que hacer para que nadie les viera parecían sacadas de una película de espías, pero valía la pena el riesgo, ninguno se sentía estancado con lo que tenían, a ella le gustaba estar con él como fuese y a él le encantaba estar solo con ella, no habían más cosas de las que hablar sobre lo que tenían porque al final del día se dormían en la compañía del otro y eso era suficiente.
O al menos eso creía Namjoon.
A veces él solo quería más tiempo con ella, tan solo una pequeña oportunidad para poder verla, y a pesar de que hablaban por teléfono casi todos los días no les era suficiente, apenas y se veían dos o tres días cada tantos meses, y muchas de esas veces tenía que combinarlas con sus salidas familiares solo para que la presencia de ella pasara desapercibida. Su padre era el único que sabía lo que ocurría con detalles, y siempre le pedía abandonar uno o dos días con la familia para que pasara tiempo con ella, pero Danbi se negaba. Jamás le quitaría tiempo valioso con su familia solo por estar con ella.
Namjoon la miró de espaldas a él, le gustaba tanto poder despertar así, sin miedo a saber que habría un mañana en el que los descubrirían y mandaría todo a la mierda, no sabía con exactitud qué sentía su corazón pero le gustaba demasiado estar con ella y no quería cambiarlo solo porque nadie lo aprobaría, tal vez una parte de él definía aquello como amor, pero él no estaba seguro, ni mucho menos de si ella opinaba lo mismo de todo eso porque jamás lo habían hablado. La gira había terminado, y como se prometieron ellos tenían que tener esa conversación la cual tanto temía y mientras se le ocurría como decírselo él solo disfrutaba de su compañía.
Este acunó su mentón sobre el hombro de ella mientras le daba pequeños besos en la mejilla en repetidas ocasiones para despertarle.
- ¿quieres que sigamos durmiendo un poco más?
- Mmmm...
- ¿estás cómoda? – ella asintió - ¿besos de desayuno? – asintió de nuevo con una risita
- ¿Qué quieres que hagamos hoy? – dijo Danbi apenas mientras se daba la vuelta y le miraba – ayer no quisiste que saliéramos
- Estaba cansado... - el rostro de ella le miró interrogante pero no dijo nada - ¿qué?
- Se lo que estás haciendo – dijo con seriedad mientras se sentaba en la cama dejándole sin su calidez por un momento. Se volteó a verle – si no quieres correr el riesgo de que nos vean no saldremos – se levantó de la cama pero antes d que se fuera más lejos la tomó de la muñeca rápidamente
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TOKYO
FanfictionDetrás de cada canción hay una historia y Tokyo tiene la suya. Tokyo era el lugar que le enseñó lo que era el amor Tokyo era el lugar que le enseñó que él no podía hacer, querer o tener lo que quería. ~SAGA MONO, Libro 1~ *Historia inspirada en el t...