10- Félix Felicis

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Una tarde, los mellizos y Ron caminaban al castillo luego de un desastroso entrenamiento por parte de Ron, y tanto Harry como Sophie intentaban subirle el ánimo, aunque no lo lograban. El pelirrojo estaba más que nervioso por el primer partido de la temporada que sería contra Slytherin.

Y la verdad era que Ron era un buen guardián... hasta que lo traicionaban los nervios. 

—Jugué como un saco de estiércol de dragón —se lamentó Ron.

—No es verdad —replicó Sophie.

—Eres el mejor guardián que se presentó a la prueba, Ron. Tu único problema son los nervios —agregó Harry.

—No sé, chicos. ¿Y si...?

—Mira —dijo Sophie, enojándose un poco—. Ya no hay tiempo para conseguir y entrenar otro guardián antes del partido. Así que tendrás que jugar y ya verás que lo harás bien. Y sino... 

—Aceptaré tu renuncia —dijo Harry.

Cuando llegaron al segundo piso, Harry apartó el tapiz para tomar el atajo hacia la torre de Gryffindor y los tres encontraron a Dean y Ginny abrazados y besándose apasionadamente, como si los hubieran pegado con cola. Sophie sonrió y avanzó un par de pasos dispuesta a pasar junto a ellos inadvertida, pero se dio cuenta de que Harry y Ron no la seguían. Ambos miraban a Ginny y Dean con expresiones raras; Ron lucía furioso, Harry... tenso.

—¡Eh, eh! —exclamó Ron.

Dean y Ginny se separaron y giraron las cabezas.

—¿Qué pasa? —preguntó Ginny con naturalidad.

—¡No quiero volver a ver a mi hermana besándose con un hombre en público!

—¡Este pasillo estaba vacío antes de que vinieras a meter tu narizota! —le espetó Ginny.

Dean estaba rojo, parecía no saber dónde meterse.

—Hum... vamos, Ginny... —dijo Dean—, volvamos a la sala común...

—¡Ve tú! —ordenó ella—, yo tengo que hablar con mi querido hermano.

Dean se marchó, visiblemente aliviado de poder abandonar aquel lugar.

—Mira, Ron —dijo Ginny poniendo las manos en jarra y Sophie recordó de inmediato a la señora Weasley cuando regañaba a los gemelos—: vamos a aclarar esto de una vez por todas. No es asunto tuyo con quién salgo ni lo que hago...

—¡Claro que es asunto mío! —replicó Ron—. ¿Crees que me gusta que la gente diga que mi hermana es una...?

—¡¿Una qué?! —gritó Ginny sacando su varita—. ¿Una qué, Ron?

—No iba a decir nada, Ginny —se apresuró a decir Sophie mientras Harry se ponía entre ambos hermanos.

—¡Que él nunca se haya besado con nadie, o que el mejor beso que jamás le dieron sea de nuestra tía Muriel...! —dijo Ginny con voz burlona.

—¡Cierra el pico! —dijo Ron, rojo como tomate.

—Ya te ví con Flegggrrr. Te mueres de ganas de que te dé un beso en la mejilla cada vez que la ves. ¡Es penoso! Si besaras a unas cuántas chicas, no te molestaría que otros lo hicieran.

Ron también sacó su varita.

—¡No sabes lo que dices! ¡Que no lo haga en público no significa que...! —Ginny soltó una carcajada y trató de apartar a Sophie, que también se había puesto entre ambos Weasley.

—¿Con quién te besaste? ¿Con Pigwidgeon? ¿O tienes una fotografía de la tía Muriel bajo la almohada?

—¡Eres una...!

Through the Dark  (Draco Malfoy, fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora