Capítulo 7

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Hoy decido ir a la comisaría andando no está muy lejos y me vendrá bien despejar la mente.

Ayer Natsu me llamo para decirme que los de balística no encontraron nada. Tenía esperanza de encontrar algo; un pelo, una uña o lo que sea. Estuvieron dentro por dos horas.

Entro en el edificio y Alzack que está en la entrada me saluda. Voy hacia el mesón, todavía no ha llegado ninguno. Miro lo que tenemos y no es nada.

Mi teléfono vibra, lo miro y sonrío.

“Puedes añadirme como: la domadora”

“¿Domadora?”

“Te he domado a tí, me he ganado el apodo”

Suelto una pequeña carcajada. ¿Qué me has hecho, Levy? Me has vuelto loco.

Por fin llegan los tres mosqueteros y comenzamos la reunión. Aunque nos distraemos con facilidad porque no para de entrar ciudadanos para poner denuncias o algo.

—Ahora vengo. —dice Gray levantándose.

Jellal, Natsu y yo lo observamos desde lejos y vemos a una chica de piel blanca, ojos azules, pelo del mismo color y unas gafas de montura negra.

—¿Qué está haciendo? —pregunto sin dejar de mirarlo.

—Ligando.

Resoplo con cansancio. Voy hacia la sala de descanso y preparo café. Cuando vuelvo me encuentro a todos sentados.

—¿Has terminado de ligar? —le pregunto al idiota.

—No estábamos haciendo nada productivo y era hermosa. Prometo no distraerme.

—Solo sabemos lo que ellas quieren que sepamos. —saco en conclusión.— Sino no me explico porque no podemos tirar de nada.

—Si es así fallarán en algo pronto y nosotros estaremos ahí para cogerlas.

Durante el turno volvemos a revisar las grabaciones por si hay algo que no hayamos saltado.

Salimos del edificio sin nada nuevo. En cambio estoy contento porque he quedado con Levy en el parque en media hora.

Camino hacia el parque, estoy ansioso por verla. Estoy apunto de adentrarme en el lugar de encuentro cuando mi teléfono empieza a sonar, descuelgo.

—¿Tanto me echas de menos? —le digo con una sonrisa.

—Teniendo en cuenta que me estoy derritiendo bajo este sol infernal, pues sí. —dice a través del auricular.

—Ya estoy llegando.

La veo de espaldas a mí y sonrío con malicia ante una idea.

—Seguro estás saliendo de la comisaría ahora mismo. —le da una patada a una piedra.

La abrazo por la espalda y le muerdo en el cuello, se ríe a carcajadas. Se gira hacia a mí con una sonrisa que nunca le había visto.

Me abraza con total emoción haciendo que me doble sobre mí mismo.

—Vamos a montarnos en las barcas.

Estira de mi brazo, que fuerza tiene para ser tan pequeña. Mientras que me arrastra observo lo hermosa que está; pantalones cortos ceñidos y una camiseta de tirantes igual de ceñida.

Me va a volver loco con esa ropa.

Ella se encarga de hablar con el hombre que alquila las barcas. Ella saca dinero para pagar y la detengo.

—No vas a pagar todo. —le digo mirándola.

—Pagamos a medias.

Después de pagar 30$ ya estamos subidos a la barca. Cada uno tiene un remo e intentamos remos pero solo damos vueltas en círculos. No paramos de reír.

—Creo que es mejor si rema uno. —dice ella riéndose tumbándose en la barca.— ¿Cómo ha ido el trabajo?

—Horrible. ¿Y tu día libre?

—Cuidando de un gato salta barandillas. Tendrías que tener cuidado algún día podría saltar a la acera. —dice mirándome seria.

—Lily es listo nunca haría algo así.

En el centro del lago me hace detener, se acerca a mí peligrosamente.

—¿Y tú eres listo? —su cara está cerca de la mía, huele a melocotón.

—Quisiera pensar que sí

Esta vez me acerco yo y ella retrocede. Su olor a melocotón me vuelve loco. Entonces cuando estoy tan cerca le habló en su oído:

—¿Y tú eres lista?

—Más de lo que piensas.

Sus labios se conectan con los míos sin previo aviso.

Bajo las manos hasta su cintura, enreda sus dedos en el pelo de mi nuca.

Apoyo mi peso en un lateral de la barca y caemos al lago. Salgo a la superficie, espero a que Levy también salga. Veo una mano moverse y la agarro sacando a la pequeña peliazul. Se agarra a mí como un koala, no para de toser.

Coloco la barca correctamente y la subo dentro.

Cojo impulso y subo también.

—Casi muero. —comenta riéndose.

—No es para tanto.

Coge los dos remos y comienza a remar hacia el puesto donde alquilamos la barca.

Al llegar nos colocamos en el césped para secar nuestras ropas.

—¿Te has enamorado alguna vez? —pregunta Levy con los ojos cerrados tomando el sol.

—No, nunca he tenido tiempo. La academia de policía quita mucho tiempo. ¿Y tú?

Se queda en silencio un momento. Tiene sus ojos abiertos parece perdida en sus pensamientos.

—No había nadie que me gustará. —contesta después de lo que parece la eternidad.

—¿Qué tal una cita de verdad? Una cena romántica en el mejor restaurante de la ciudad. —le propongo.

—Mañana a las 9. No llegues tarde.

Se levanta y sacude la hierba de su ropa camina lejos de mí. Dejándome tumbado en el césped.

Suspiro y me levanto del césped. Camino en dirección a mi casa. Nada más llegar enciendo el portátil y entro en la página de los atracadores.

Pálido

Así me quedo cuando veo el nuevo post. Un vídeo de la comisaría, aparece Alzack que estaba en la entrada y las siguientes imágenes son de nosotros sentados en el mesón. La cámara enfoca el tablón la imagen se congela y aparecen unas letras.

"Lo útil que es la policía"

Han entrado en nuestro santuario.

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¡Hola mis queridos lectores!

¡Han entrado en su centro de operaciones! ¿Quién habrá sido?

Espero que les haya gustado. Voten y comenten los estaré contestando.

Saludos y besos de Noa-chan

Buscando a los atracadoresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora