Capítulo 12

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Gajeel

Si hubiera sabido que Alzack iba a morir nunca le hubiera permitido ir.

Estoy en mi cama, la culpa no me deja dormir. Yo convencí a Alzack para que entrará y ahora está muerto.

Decido abandonar la cama, es totalmente inútil. Voy hacía mi terraza, miro la terraza de las vecinas vacías.

¿Quién me diría a mí que serían unas ladronas? Las vueltas que da la vida.

Ellas están en la comisaría a la espera de su juicio. Nadie ha investigado nada, ni les han tomado declaración ¿Para qué si las pillamos in fraganti? Pero yo quiero saber más quiero saber porque esa chica ha terminado en la cárcel.

Salto la barandilla y me cuelo en su casa. Abro la puerta corrediza del balcón y entro en su casa. Todo parece normal hasta que abro un cajón con una vídeocámara dentro.

La enciendo y comienza un vídeo, Levy está sentada en el sofá con el vestido de aquella maravillosa noche.

—Si estás viendo esto es porque ya nos has pillado. Te quiero contar una historia. Érase una vez dos personas en coma, un hombre y una mujer, como te puedes imaginar estaban muy graves. Aunque al estado no les importó en cuanto se acabó el dinero apagaron las máquinas y los dejaron morir. Dejaron a una niña sin sus padres pero al estado se la soplaba porque ya no había más dinero que rascar. —tengo la boca seca, me siento incómodo escuchando esto por una extraña razón.— Ahora voy a contarte otra historia, una chica se pasa años estudiando la carrera que le gusta, sus padres hipotecaron la casa para poder pagarle los estudios porque el gobierno no veía necesario darle una beca a una chica de padres jubilados. Sus padres no pudieron pagarlo y murieron de un ataque al corazón en el desalojo.

Me levanto parando el vídeo me estirar las piernas. Me siento mareado y con fuertes náuseas. A medida que pasa el tiempo soy capaz vuelvo a darle al play.

—Una camarera que no puede pagar el alquiler porque su jefe se aprovecha de la ley del sueldo mínimo. O una informática incapacitada porque al gobierno le pareció muy peligrosa, cuidado vaya que se destapé todo lo que los políticos nos roban a nosotros, los ciudadanos. Ah y como olvidarme, una policía que lleva 5 años de becaria para que no le paguen el sueldo de un policía.

Al escuchar eso dejo la cámara en el sillón y salto la barandilla cojo el móvil el cuál se encuentra en la mesa.

27 llamadas pérdidas.

Llamo a Jellal. Sabía que eran 5 ¿Quién es la policía?

—Se han escapado. —dice Jellal al descolgar.

—¡Joder! Voy para allá.

Tardo más de lo normal en vestirme. No bajo las escaleras corriendo como siempre hago. Quiero que huya, esa es la gran verdad.

El aire helado de la noche me golpea en la cara con violencia. Es la una de la mañana y no hay nadie en la calle, aún así giro mi cuerpo hacia el bar de la esquina dónde tantas veces compartimos copas.

Mi sorpresa es descomunal al ver una silueta sentada en la única mesa que tiene el bar.

Camino hacia ella pero no se levanta, no huye. Me siento en la silla de enfrente, tiene una gorra negra y unos lentes negros.

—Que disimulada, lentes y gorra en mitad de la noche como hace tanto sol. —mi comentario le saca una dulce sonrisa.

—Ven con nosotras. —me encantaría aceptar su propuesta.

—Tendría que detenerte. —le digo recostándome en la silla.

—Si quisieras hacerlo ya lo habrías hecho. Eso indica que has visto el vídeo.—se quita las gafas y sus salvajes ojos castaños se encuentran con los míos, agarra mis manos sin quitarme los ojos de encima.— Ven conmigo, empecemos de cero.

—Sí, he visto el vídeo. Entiendo vuestra causa. Pero... —no sé cómo decirlo para que no se ofenda.

—Soy una asesina ¿no? —acaba la frase por mi de la forma correcta.— Vaya cuando nos acostamos no te importó.

—No sabía que lo eras. —la miro furioso al recordar todo lo que me ha mentido.

—En cambio mis manos estaban manchadas de sangre en ese entonces y no te molestó. No entiendo porque debería molestarte ahora. —ahí está su mirada gélida, su verdadero ser.

—No lo entiendes porque tienes un trastorno de personalidad antisocial. —le devuelvo la misma mirada fría.

—Estoy embarazada. —la sangre se hiela en mis venas.

—¿C-cómo? —mi boca no para de temblar ¿Acaso no tomaba las pastillas anticonceptivas?

—Por eso tardó más el médico en salir me desmayé a causa del embarazo. Gajeel solo quiero que nos vayamos lejos y podamos criar a nuestro hijo juntos, por favor.

Tiene a mí hijo en su vientre. Tengo que estar a su lado. No puedo dejarla sola con esto. Necesito estar a su lado.

—Está bien. —una sonrisa se apodera de sus labios y por primera vez la estoy viendo a ella.

Se coloca de nuevo las gafas y se pone de pie. Imito su acción me pilla de sorpresa cuando me besa y sale corriendo hacia un coche negro al que se sube toda prisa.

Vuelvo a mi casa con un pensamiento en la mente.

Voy a ser padre.
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¡Hola mis queridos lectores!

¿Qué les pareció? ¿Les gustó? ¿Levy le habrá soltado una mentira? Esperemos averiguarlo en el siguiente capítulo.

Que no sé cuándo voy a escribirlo pero lo haré xD

Saludos y besos de Noa-chan

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