Capítulo 14

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Coloco la comida de Lily en su comedero, preparo una ensalada y carne en salsa.

Me siento en la silla y veo como Natsu sale del balcón.

—Tenemos que ponerles algunos micrófonos, no podemos pasarnos todo el día en el balcón esperando a escuchar algo. —dice Natsu quitándose la camiseta por el calor que hace fuera.

—No podemos hacerlo, es ilegal y por si se te olvida somos policías. —tomo con tranquilidad mi plato de comida mientras observo cómo se sirve su parte.

—Nada es ilegal sino te descubren. Mira esta noche van las dos a una discoteca. Jellal y Gray van a ir también. Así que mientras tú las sigues yo me cuelo en su casa y  coloco los micrófonos y alguna que otra cámara. —me atraganto con la carne.— Creo que en el baño irá bien la cámara.

—¡Ni se te ocurra! —le exclamo enfurecido.

Me molesta que Levy sea grabada desnuda. Una vez calmado le digo:

—Ninguna cámara. —miro a Lily y recuerdo.— Ellas me pusieron un micrófono hace tiempo pero ninguna cámara. Así quiero que sea igual para ellas.

Limpio mi plato, y me doy cuenta de que son las 11 de la noche pronto abrirán las discotecas. Me decido por un vaquero roto negro y una camiseta de manga corta básica. Recojo mi pelo en un moño. Escucho la puerta principal de al lado abrirse.

—Espera todo el tiempo que quieras voy a estar en el balcón viendo que camino escogen. Lo importante es que no te pillen. —me informa Natsu saliendo al balcón.

A los cinco minutos salgo por la puerta y un recuerdo viene a mi sin esperarlo. El beso de Levy en el rellano y la noche de sexo que tuvimos después.

Camino detrás de ellas agradezco que escojan calles por las que hay mucha gente, así me facilitan el trabajo de seguirlas. Pero me extraña cuando se desvían hacia un lugar poco transitado y se comienza a escuchar música. Las farolas no funciona lo que le da a la calle un aspecto lúgubre y desolada.

¿Se habrán dado cuenta y me están intentando despistar?

La pregunta es contestada cuando en uno de los bancos veo a Gray y Jellal sentados ocultándose entre las sombras me acerco a ellos.

—¿Qué hay? —les saludo sentándome.

—Acabamos de llegar. Estábamos decidiendo entrar o esperarlas aquí. —me informa Gray y lo miro extrañado.

—No sabes toda la gente chunga que ha entrado. —aclara Jellal.

—Vamos los tres, no nos pasará nada.

Nos acercamos al local abandonado al que acaban de entrar y puedo percatarme de que a ninguno nos gusta la idea de entrar a un local en el que obviamente no respetan las normas de seguridad.

Y la situación no mejora cuando al entrar reconocemos inmediatamente a algunos delincuentes.

El local tiene las paredes negras pero con el humo difícilmente se puede distinguir y para nuestra desgracia no es humo artificial.

Marihuana.

Estamos completamente fuera de nuestro hábitat natural, miremos a donde miremos hay delitos. Desde fumar porros, posesión de armas hasta exhibicionismo.

—Estaría guay montar aquí una redada. —susurra Gray para que solo nosotros lo oigamos, Jellal y yo logramos mantener la risa a duras penas.

—Están en la barra. —les digo al ver el tono azul que tanto ha llamado mi atención.

La música está demasiado alta y no me escuchan. Así que les hago una señal para indicarles donde están.

Veo caminar a Gray muy rápido hacia la barra. ¿Qué hace? ¡Nos van a descubrir!

Entonces me doy cuenta que Juvia está siendo rodeado por un hombre de pelo blanco y de punta. Entre Jellal y yo logramos detener a Gray pues Levy soluciona el escenario con un puñetazo en la cara.

—Tres cervezas. —le dice Gray al camarero.

—¿Eres idiota? Estamos de servicio.

—Rélajate, Gajeel. Si nos quedamos aquí y no bebemos nada van a sospechar.

Parece lógico así que no peleo más. Me doy el gusto de fijarme en Levy un top negro que enseña su ombligo, unos pantalones cortos negros, unas medias de rejilla y unas botas negras. Adecuado para la chica mala que es, lo que daría por tenerla en mi cama de nuevo.

Nuestras miradas se encuentran como si fueran imanes que se atraen, su sonrisa diabólica me indica problemas.

Y mi hipótesis se confirma al verla subir a la barra. Da unos cuantos zapatazos que retumban en todo el local.

—Vámonos. —les digo mirando la escena.

—Todavía no nos han servido las cervezas. —se queja Gray sin la intención de moverse sin las cervezas.

—¡¡Hey!! ¡¡¡Qué tenemos a tres polis con nosotros!!! —grita a todo pulmón la enana mientras nos señala.

El tiempo parece detenerse en el que todo el local se gira hacia nosotros. En mi caso solo tengo ojos para ella y las ganas de estrangularla se apoderan de mí.

Puedo escuchar el click característico de una navaja al ser abierta. Miro a mi alrededor y bendigo a lo que haya arriba al darme cuenta que tenemos una maldita ventana al lado.

Sin pensármelo me lanzo contra ella cubriéndome adecuadamente. Mis compañeros me siguen y corremos por toda la calle desolada con una horda de criminales a nuestra espalda.

—¡Vamos a separarnos! —grita Jellal y nosotros asentimos.

Me voy por la izquierda y para mí mala suerte es un callejón sin salida. No paro de correr aunque no haya salida, y es entonces que veo un cubo apoyado en la pared del callejón sin salida. Me dirijo al cubo y salto la pared. Al caer al otro lado siento como estiran de mi camiseta y me llevan a un callejón oscuro.

Me fijo en mi secuestradora. Frunzo el ceño y lo mira entrecerrando los ojos.

—De nada por salvarte la vida. —dice sonriendo de oreja a oreja.

—Tú me pusiste en peligro. —intento separarme de ella pero me aprieta más contra ella para no aplastarla apoyo las manos en la pared detrás de ella.

—¿Nos estáis siguiendo? —sus labios están muy cerca de los míos y me siento hipnotizado pero no voy a caer en sus juegos.

—Solo pasábamos por aquí. No eres el centro del universo.

—Gajeel no me creo que tres policías pasaban por el barrio más peligroso de la ciudad.

—Que pena por ti. —hago que suelte mi camiseta y me aparto.— porque esa es la verdad.

Me dirijo hacia la salida del callejón pero esta vez soy yo el que quiere jugar con ella.

Así que me giro hacia ella y la beso. Un beso fiero y dominante dejándole claro que esta vez no va a jugar conmigo. Ella me sigue el beso y mete sus manos debajo de mi camiseta acariciando mis abdominales.

Entonces me aparto dejándola con ganas de más.

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¡Hola mis queridos lectores!

¿Qué tal? ¿Les gustó? Vaya Levy por su culpa casi nos matan a Gajeel. Esta chica está loca.

Nos vemos la semana que viene. Y en la otra historia nos vemos el sábado.

Saludos y besos de Noa-chan.

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