La noche había caído muy rápido. La herida ya había parado de sangrar y Alex ya se había ido a su habitación. Eran cerca de las once de la noche y Sabbath aún no había vuelto, Fidel comenzaba a asustarse, hasta que el chico entró y le dedicó una sonrisa algo débil.
–Hola, Fidel.
–Hola, ¿cómo estás? ¿ocurrió algo?
–No, sólo me hice una herida en el brazo. Pero suelo sangrar mucho.
Al escuchar eso, Fidel se arrepintió de haberse hecho la herida a propósito. El cuerpo de Fidel era realmente rápido curando heridas, jamás tuvo problemas con ellas. Con esa herida, sólo le había dolido al inicio, y apenas sangró unos segundos. Sabbath, por otro lado, se veía incluso pálido, la venda que aún tenía Sabbath en su brazo estaba realmente llena para la delgada herida que era. Fidel inmediatamente fue al baño y sacó algunos paños y agua. Al volver, Sabbath estaba acomodado en la cama, sobre su brazo derecho.
–¿Duele? –preguntó Fidel, sentándose al lado de Sabbath.
–Algo. –contestó el, sentándose a su lado– ¿Qué es eso?
–Tu venda está algo sucia. Te voy a limpiar la herida.
Sabbath se acomodó su largo y rubio cabello hacia atrás y dejó que Fidel se encargara. El chico se acomodó delante de Sabbath, entre sus piernas y comenzó a deshacer el nudo mal hecho de la venda. Con cuidado, comenzó a limpiar con los paños alrededor de la larga herida, cada ligero golpe que daba hacía que el mismo sintiera punzadas en el lugar exacto donde lo hacía, confirmando las pocas sospechas que le quedaban. Se había puesto una remera de manga larga, para que el rubio no se diera cuenta por sí mismo. Fidel aún no sabía cómo sacar el tema.
Sabbath observaba lo minucioso que Fidel estaba siendo mientras limpiaba su herida. Juraría que estaba demasiado cerca, pero realmente no le molestaba. Su respiración se agitó un poco al sentirlo tan cerca. Le había comentado a Tenma lo que había pasado por la tarde, cuando saludó a Fidel, la felicidad que se apoderó de el cuando lo tocó, sus piernas temblaban y su única y misteriosa cicatriz ardía con fuerza. Pero esta nueva herida no sabía cómo había sucedido, simplemente sintió una gota de sangre recorrer su brazo y el dolor comenzó a hacer su efecto. Intentaba buscar alguna pista en el brazo de Fidel, pero debido a su larga y holgada remera, no pudo encontrar nada.
–Lo siento. –escuchó al castaño decir.
Sabbath lo miró extrañado, por primera vez capturando su mirada.
–¿Por qué?
Fidel se levantó la larga manga izquierda, dando a conocer una perfecta réplica de lo que había estado ayudando a limpiar. Sabbath veía la herida en el brazo de Fidel, aún sin procesarlo del todo, sabía perfectamente lo que significaba. Ambos lo sabían. Cuando Fidel terminó de vendar la herida de Sabbath, Sabbath se abalanzó sobre Fidel.
Y ahí comenzó. Una ráfaga de sentimientos se adueñó de sus cuerpos. Ambos sentían su corazón salir, su pecho subir a bajar y comenzaron, por alguna extraña razón a llorar. Las heridas comenzaban a arder ligeramente. Miles de mariposas revoloteaban en sus estómagos. Finalmente, Sabbath se separó y pegó su frente con la de Fidel.
–Realmente no puedo creer que tú me hayas hecho esa herida en el muslo, tienes que darme una explicación.Fidel rio.
–Luego te lo contaré, Sabby. –depositó un beso en la frente del rubio.
–Me hiciste pasar vergüenza en el colegio, Fidel. Todos pensaron que me había llegado la regla o algo así. (FDHSAJKFHSDFUIDSHFIUA)
–Lo siento, no era mi intención. De haber sabido que las almas gemelas existían, hubiera salido todos los días cubierto en almohadas, y probablemente hubiera dejado de hablarle a Alex.
–Hubiera sido lo mejor. Aún no podía curar un raspón en las rodillas cuando tú ya te habías hecho otros veinte alrededor. Mis padres incluso me llevaron al hospital pensando que mis piernas habían dejado de funcionar o algo así.
Ambos rieron ante la confesión de Sabbath. Era cierto, Fidel era muy brusco jugando y solía hacerse un millón de rasguños, raspones y moretones, era sorprendente que sólo tuviera una cicatriz.–Bueno, Sabby, es hora de dormir. Mañana te ayudaré a acomodar el resto de tus cosas y saldremos por ahí. –dijo Fidel, recostando al chico en la cama. Acomodó una almohadilla al lado del brazo herido de Sabbath y se pasó al lado contrario.
Sabbath volteó su cara hacia Fidel, quedando frente a frente, de nuevo. Quedando ambos en silencio, bajo la luz de la luna, que solamente iluminaba sus rostros.
–Te estuve esperando. –susurró Sabbath.
–Yo a ti no –confesó Fidel–. Pero eres una bonita sorpresa.
Silencio. Ambos intentaron dormir. Fidel se mantuvo despierto por un rato más.
–En realidad, eres la más bonita sorpresa que he tenido. –musitó, acercándose lentamente a los labios de Sabbath, besándolos con sutileza.
Sorprendiéndolo de nuevo, Sabbath respondió a su beso.
–¿Fiddy?
–¿Sí?
–Te quiero.
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Scars (Adaptación)
Fanfiction‹‹ Donde Alex y Tenma son (verdaderas) almas gemelas. ›› Cuando era pequeño, el abuelo de Alexander solía contarle su historia favorita: la de las almas gemelas. Hoy, Alex no sólo compartía habitación con Tenma, sino también algunas cicatrices. Todo...