Su cuerpo entero hervía en coraje. No sabía qué pasaba, sólo sabía que no le gustaba que Alex estuviese con aquella rubia. Odiaba aún más la razón por la que se sentía así, porque, en el fondo, sabía por qué lo hacía, simplemente no lo aceptaría. La mesa, al igual que a los que estaba observando, estaba llena de risas. Chasqueó sus dedos, llamando la atención de sus acompañantes.
–¿En qué momento nos convertimos en perros? –cuestionó Zohra.
–Wow, Tenma, estás tan rojo que, si estuvieras un poco más feo, podrías ser el diablo en persona. –bromeó Creeper.
–¿Y los cuernos? –preguntó la pelinegra. Creeper llevó su mirada hasta donde Tenma la tenía puesta.
–Creo que la respuesta está ante sus ojos. –contestó, riendo aún más fuerte. El rubio, molesto, rodó sus ojos.
–Cierren la boca, par de idiotas. –dijo, molesto. Creeper seguía riendo a carcajadas. Zohra levantó ambas cejas.
–Mira, a mí me puedes decir lo que quieras, pero a mi mujer ni la menciones. –dijo, abrazando a Creeper del cuello.
–Zohra, no soy tu mu...
–Lo serás, cállate. –se apresuró a decir, sonriéndole. Tenma aún no entendía la relación que había entre Creeper y Zohra, apenas llevaban un día de conocerse y parecían llevarse demasiado bien. Pero, de todas formas, ¿quién era el para juzgar? No había pasado ni media semana que había conocido a Alex y en un minuto lo amaba, y en otro, simplemente quería huir de el. En otros simplemente quería aislarlo de cualquier otro ser humano que no fuese el. Justo como en ese momento.–Bueno, sí, ¿van a ir a pedir o qué van a desayunar? Yo pienso ir a pedir ya. –dijo, sin perder de vista al castaño.
–Yo me voy a desayunar a Creeper.
–¡¡Zohra!! –gritó Creeper avergonzada.
–No sé qué voy a hacer con ustedes, de verdad –confesó Tenma, llevándose una mano a la cara–. Ahora vuelvo, iré a pedir mi desayuno. Si se van a comer, espero que sea en otra parte.
Salió de la mesa, dirigiéndose al mismo lugar en el que estaba el castaño. Bastó verlo con la rubia para sentir ira de nuevo, odiaba que ese tipo de cosas lo llenaran de euforia lo suficiente para dejar de un lado todos sus miedos exclusivamente para proteger a Alex de cualquier otra persona. Al acercarse, otras dos personas se interpusieron entre el y Alex, siendo una de ellas su mejor amigo, Sabbath.
–Hola, ¿qué tal? Soy tu mejor amigo al que le hablas cuando necesitas, pero dejas plantado porque te conseguiste otra amiga. –dijo Sabbath, sonriéndole.–Lo siento, Sabby. –dijo Tenma, observando a Alex.
–No te perdonaré tan fácil. –dijo, jugando– ¿Quieres decirme qué está pasando? –musitó.
–Ni yo sé qué está pasando, Sabbath. –le contestó en el mismo volumen.
–¿Qué tanto miras? –dijo, volteándose– Oh. ¿Tienes celos, Tenma? –rio.
–¿Te quieres morir? –preguntó serio. Sabbath rio bajo.
–Voy a tomar eso como un sí. Bueno, ¿te sientas conmigo hoy o ya no soy lo suficiente para ti?
–No eres lo suficiente. Ya tengo mesa, gracias. –contestó, guiñándole un ojo.
–Idiota, ¿con quién me estás engañando? –preguntó en tono de sufrimiento.
–Puedes sentarte con nosotros, si quieres. Espera, ¿por qué no estás limpiándole la garganta a Fidel? –preguntó riendo. Sabbath agacho un poco para pegar su cabeza con la del otro rubio.
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Scars (Adaptación)
Fanfiction‹‹ Donde Alex y Tenma son (verdaderas) almas gemelas. ›› Cuando era pequeño, el abuelo de Alexander solía contarle su historia favorita: la de las almas gemelas. Hoy, Alex no sólo compartía habitación con Tenma, sino también algunas cicatrices. Todo...