Salvaje Obsesión.

Chapter 3.

DRAGÓN BALL Z/FANFIC/AU/SPANISH.

Los personajes qué se muestran aquí son propiedad de Akira Toriyama.

Advertencia/Alert.

Éste relato contiene alto contenido para adultos +18 se recomienda discreción.

Salvaje Obsesión.

Chapter 3.

' Dejá vu'

[...]

—¡Qué están esperando caminen, malditas zorras!.— los gritos y abucheos por parte de los saiyajin's aterrorizaban a las muchachas quiénes caminaban formadas en una sola fila saliendo de aquella nave.

—Qué esperas muñeca mueve ese lindo trasero.— ordenó uno haciendo qué la azulada apretara sus puños estaba frustrada.

Al salir de la nave observó aquél misterioso lugar en dónde había llegado después de tantos días viajando, tenía el mismo ambiente qué el planeta tierra sólo qué en este se podría apreciar grandes edificios y sin mencionar el castillo voluptuoso qué se asomaba por la colina. Observó detalladamente cada lugar de ese planeta pensando en encontar alguna manera para huir de éste.

—Coloquen ésto en cada una.— el soldado de estatura mediana les brindo unas pequeñas bolsas de tela para qué cubrieran su rostro y así poder ingresarlas al castillo dónde yacía el príncipe esperando en la sala real acompañado de otros cuántos soldados.

—¡Ya están aquí majestad, abran esa puerta!.— ordenó otro chico, mientras los demás hacían caso omiso y proseguían a cumplir las órdenes.

En cuánto la puerta se abrió dejo a la vista una cantidad generosa de mujeres de diferente especie quienes confusas sollozaban y rogaban por su vida, no querían morir a manos de esos bárbaros saiyan pero sí se negaban sabían perfectamente su destino cruel.

—¡Majestad, eh aquí sus nuevas mujeres para el harén de los guerreros!— habló Garook quién era encargada de supervisar el harén y a las hembras.

El monarca se levantó y tomó camino hasta dónde estaban todas, temblando y pidiendo por su vida, tenían buen cuerpo y eso le agradaba al príncipe.

—¿Majestad?...

Susurró la azulada mientras, su vista era totalmente privada, solamente escuchaba las conversaciones qué entablaban unos con otros, pero lo qué verdaderamente la había dejado con asombro fue el nombramiento "majestad". Tal y cómo lo había pensando en ese planeta tenían a su monarca.

—Pueden quitarles la máscara.— afirmó el príncipe, de uno por uno las bolsas de tela fueron cayendo al suelo dejando a la vista a todas las mujeres qué a partir de ese momento estaban a su disposición.

Hasta qué finalmente cayó la de la azulada, dejando a la vista su cabello azúl y sin olvidar sus hermosos ojos del mismo color.

—¡Qué esperan arrodillen se ante su príncipe!.— todas empezaron a colocarse de rodillas pero en cuánto la mirada del príncipe se fijó en la azulada todo.

Despertó.

FLASHFORWARD.

—Lo voy a complacer en todo lo qué usted mí príncipe me ordene, soy fiel a su cuerpo y alma mi señor.

El ronroneó de aquella chica lo volvía loco, su cuerpo pegado al suyo parecía  una vez más irreal, ¿Cómo era posible qué aquella criatura logrará despertar sus instintos más carnales y salvajes?.
Lo tenía entre la espalda y la pared esa mujer era y estaba siendo su perdición y probablemente lo haría perder su cordura sí no llegaba a descubrir quién era.