Chapter 7

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DRAGÓN BALL Z/FANFIC/AU/SPANISH.

Los personajes qué se muestran aquí son propiedad de Akira Toriyama.

Advertencia/Alert.

Éste relato contiene alto contenido para adultos +18 se recomienda discreción.

Salvaje Obsesión

Chapter 7.

—¡ESTÁN JODIDAMENTE LOCOS!— el gritó enfurecido de la peli-azul logró escucharse en aquella habitación, mientras los consejeros reales y el príncipe se miraban entre sí. —El trato era qué yo trabajaría para su estúpido planeta, no está porquería.— agregó.

—Entendemos su molestia humana, pero me temo qué usted no está en posición de negarse, tiene el ADN compatible con el príncipe, es una decisión qué ya hemos tomado.

Hablo el mayor de los consejeros, por su parte el príncipe rechino sus dientes y se puso al frente de la situación.

—Yo no pienso, ni quiero mezclar mis genes de príncipe guerrero con los de una humana debilucha, qué solamente según usted, destaca por su inteligencia, hay más mujeres en el planeta Vegetasai,  porqué con ella.— exclamó el príncipe.

—Precisamente por eso mi querido su majestad, la chica es inteligente y usted tiene la fuerza— mencionó el otro, levantándose de su asiento. —La humana posee cualidades qué ninguna mujer del planeta las tiene, ella es una candidata perfecta.— afirmó nuevamente.

—Es una estupidez, me estoy negando a ésto, jamás me lo hicieron saber, ¿que carajos les pasa?.— el príncipe estaba indignado, y si bien la chica le pertenecía no quería esposarla para toda la vida.

La chica azulada, se removió de los brazos de aquellos hombres, dándoles un golpe con el brazo y liberándose de su agarre, para comenzar a acercarse a todos los consejeros.

—¡PREFIERO MIL VECES MORIR,MIL VECES!— advirtió dándose la vuelta y saliendo de aquella sala, furiosa por tal decisión, camino hasta el jardín qué tenían en el castillo, sus lágrimas rodaban por sus ojos, no había acabado cómo sus compañeras pero ahora su destino era muchísimo peor, estar prácticamente amarrada a una persona a la cuál ella odiaba con todo su ser, por el simple hecho de haberla raptado de su planeta.

—Oh kami, quiero morir...

Se sentó en aquel jardín, mientras a lo lejos una silueta de mujer la observaba.

—¿Con que esa es la famosa científica qué tiene locos a todos?...interesante.— aquella mujer portaba con su uniforme de saiyan guerrero y su cola se enrollaba en su cintura, ella era Caulifa la mujer con la qué el príncipe mantenía relaciones íntimas cada qué el lo deseaba.

—Caulifa solamente es una humana, una pobre humana qué tuvo suerte, si no ya estuviera en el harem, junto con las otras mujeres.— le habló su hermana menor, Kale una saiyajin muy tranquila y sin preocupaciones.

—No me importa, siempre y cuando no se le ocurra ser una de las zorras de vegeta, el es mío, jamás voy a entender porque no ha hablado con él comité real para qué me nombren futura reyna de todo vegetasai.— suspiraba ideando.

Y es qué Caulifa había estado tanto tiempo con el príncipe, qué desconocía porqué este todavía no le pedía ser su esposa.

—Hablando de...— rodeó sus ojos Kale al observar la figura del príncipe a lo lejos de aquel lugar, ya estaba esperando para enterarse en aquella mujer.

[...]

Los días pasaron y la decisión del matrimonio entre bulma y el príncipe estaba en pie todavía, ella trataba de evadir a toda costa los consejeros reales y sobre todo al príncipe, quién en leves momentos visitaba aquella sala de ciencias para poder "vigilar" a la peli-azul ya sabía qué ella no iba a recibirlo de la mejor manera, el tiempo en el planeta Vegetasai se le hacia eterno a bulma, quién por las noches lloraba pidiéndole a los dioses volver a su hogar, su verdadero hogar.

—HIJO DE PERRA— unos fuertes gritos y golpes se escuchaban a las afueras del castillo, cosa qué hizo despertar a la azulada de golpe y levantarse a ver qué sucedía, entonces vio al príncipe y al guerrero de su pelotón estar tirado en el suelo, mientras esté lo golpeaba hasta sangrar y en una esquina aquella joven qué había conocido en la nave estaba llorando a mares y tratando de detenerlo.

—¡PORFAVOR! príncipe suéltalo, el no ha hecho nada malo.— Milk estaba asustada por tales golpes del futuro monarca del planeta, Vegeta lleno de rabia seguía con su castigo hacía su guerrero.

—ERES UN IDIOTA, ¿CÓMO SE TE OCURRIÓ KAKAROTTO?, cómo mierda pudiste mezclar tú sangre con la de la plebeya.— seguía dándole golpes en el rostro hasta hacerlo sangrar.

—Perdón...perdóname vegeta, pero Milk me atrae, la marqué, es mía es mi ¡MUJER!— respondió furioso limpiándose la sangre de la nariz y boca.

Bulma tomó sus zapatos y cómo pudo bajo a auxiliar a su compañera, quién lloraba pidiendo y rogando por la vida del saiyajin.

—BASTA, NO PUEDES DEJAR DE SER TAN ANIMAL— esa voz la reconocía, de inmediato volteó hacía atrás y observo a la mujer, quién sostenía a la peli-negra.

—No te metas humana idiota, no te incumbe esto, además qué mierda haces aquí.— alegó el príncipe todavía muy molesto.

—No puedes prohibirles qué no se vean, al final tú nos trajiste para ésto ¿no es verdad.— reprochó la muchacha, mientras ayudaba a levantar a la peli-negra quién había corrido de inmediato a los brazos del guerrero.

—Príncipe Vegeta, porfavor tomé mis disculpas, kakarotto no fue el culpable.— trato de hacerlo convencer la chica, mientras sujetaba a su amado.

—No rompí ninguna regla, al final usted nos brindo una mujer por guerrero, ella ahora es mía, esta esperando un hijo mio.— al escuchar aquellas palabras la peli-azul abrió los ojos de golpe, había escuchado bien ¿Milk había quedado embarazada de un saiyajin? Entonces eso definitivamente era posible.

"NO PUEDE SER" pensó, sus pensamientos de inmediato dispararon si los consejeros se enteraban de tal cosa, no pensarían ni un segundo más en atarla al príncipe, era una pesadilla.

Los soldados también mostraron asombro, jamás habían pensando qué una humana podría concebir un hijo de un guerrero, entre ellos se murmuraban y veían a la pareja.

—¡CALLATE! Te la di para fornicar, no para jugar a la casita feliz, eres un idiota y lárgate no quiero verte, me causas dolor de cabeza.— expresó furiso el peli-negro. — Largo de aquí los dos, Nappa, encárgate de ésta situación y no dejes qué nadie de los consejeros de entere— habló con firmeza, el más grande asintió y ayudo a levantarse al guerrero mientras todos los demás volvían a su lugar.

Bulma miro perpleja lo qué había presenciado, su miedo incrementó. Esta vez no iba a salvarse ser comité real.

—¿A donde crees qué vas?.— la voz del príncipe hizo qué ella volteara y lo mirara fijamente, mientras movía sus dedos nerviosamente.

—Al laboratorio...me voy.— volvió a decir y sintió el agarre del príncipe en su brazo, presionarla con un poco de fuerza.

—Ninguna palabra de lo qué viste, me estás escuchando mujer.— amenazó, ella sintió el agarre más fuerte y se soltó mostrando un poco de enojó.

—Cómo diga, su majestad.— habló sarcásticamente, y caminando hacía el laboratorio, el príncipe la observaba cómo caminaba a lo lejos, esa mujer era muy atrevida, no lo dejaba descansar por las noches, todavía seguía teniendo aquellos sueños.

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⏰ Última actualización: Jun 30, 2023 ⏰

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