Chapter 6.

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DRAGÓN BALL Z/FANFIC/AU/SPANISH.

Los personajes qué se muestran aquí son propiedad de Akira Toriyama.

Advertencia/Alert.

Éste relato contiene alto contenido para adultos +18 se recomienda discreción.

Salvaje Obsesión

Chapter 6.

[...]

—¡Mierda finalmente!.

Exclamó la azulada tirando todas sus herramientas en el suelo, limpiando su sudor de su frente prueba definitiva qué había trabajado sin parar en aquella máquina. Parecía irreal aquella hembra había logrado lo qué ellos nunca habían hecho y eso hablaba muy bien de ella.

—¡Es imposible! ¿Cómo fue qué lo hiciste en tan solo 3 días niña?.— halagó uno de los soldados vigías.

La chica solamente sonrió con suavidad, le parecía feliz pero a la vez triste estaba sirviendo a esos monstruos a cambio de su vida y bienestar, para los saiyajin's era un milagro poder contar con su ayuda e inteligencia pues quizás ella lograría ser parte del plan para erradicar a Frezzer.

—Me temo qué gracias a mi maravillosa inteligencia avanzada lo pude lograr.

Espetó ella tan confiada, esos últimos días eran totalmente alegres su desgracia ya no la estaba persiguiendo cómo era costumbre aunque muy a su fondo seguía teniendo miedo de lo qué serían capaces aquellos hombres. Echó un vistazo nuevamente a la máquina era enorme y amplia jamás pensó fabricar cosa alguna pero claro para ella nada era imposible.

—Cuando el príncipe lo vea estará demasiado agradecido niña, será mejor darle la noticia a los consejeros.

¿Consejeros? Se dijo así misma tal y cómo había pensados la monarquía del planeta Vegetasai también era manejada por consejeros reales, aliados probablemente del príncipe quién aún no era monarca por completo y qué posiblemente tenían algo en mente. Durante esos días la peli-azul se dedicaba a ayudar y casi manejar la sala de ciencias, tratando de entender un poco más su tecnología, después de todo era una científica.

—¿Y bien cómo va todo por aquí?— el futuro monarca estaba postrado en la entrada de la sala de ciencias junto a sus dos secuaces, observando detenidamente a la chica, quién en ese momento estaba un poco desarreglada, tenía su ropa sucia y cabello alborotado.

—¡Son fantásticas noticias, su majestad!.— expresó uno de los científicos qué estaban dentro de la sala. —la chica es muy buena para la tecnología, nunca pensamos qué la humana sería de gran ayuda.— siguió expresándose, el príncipe esbozo una leve sonrisa en forma burlona y se acercó.

—Bueno, al menos te mantengo callada, terrícola.— río.

La peli-azul rodeó los ojos y soltó sus herramientas para después limpiar sus manos y tirar el paño lleno de grasa en el suelo.

—Qué oportuna sorpresa, su majestad.

Respondió la chica, para después fruncir la ceja y sentarse en uno de los asientos pequeños que se encontraban al lado de ella misma.

—Veo con asombro qué eres una genio, de haberme enterado antes, jamás te habría mandado al harem.— agregó burlesco el príncipe.

—No me diga, algo qué lo se perfectamente.

Respondió, el príncipe rechino sus dientes y empezó a dar vueltas por todo el laboratorio, asombrado por la capacidad de la chica, jamás habían pensando qué llegaría a ser tan inteligente, incluso más qué el mejor científico de todo vegetasai.

—Es extraordinario todo lo qué la chica hace señor, creó qué podríamos considerarla unirla permanentemente al escuadrón de ciencia, claro si usted me lo permite.— mencionó uno de los científicos quién estaba totalmente fascinado con la inteligencia superior de la terrícola.

—No olvides qué es de mi propiedad, si la tengo aquí es porqué la necesitan, no porqué realmente vayan a quedarse con ella, solamente va quedarse por un tiempo.— exclamó, cruzó sus brazos y observo de lejo la silueta de la mujer, aquella mujer qué seguramente seguirá en sus sueños, ya qué en vida propia nisiquera estaría con el por voluntad propia. —Disfruta tu estadía en el laboratorio mujer, vas a tener que acostúmbrate pronto al harem dónde estarás— y salió sin decir otra palabra.

La azulada molesta, dejó caer su herramienta de las manos y frunció su ceño, mostrando claramente su enojó, ese mono sin cerebro cómo ella solía llamarlo, le fastidiaba mucho su paciencia y no pensaba en más qué huir de aquel lugar.

[...]

En la sala de consejeros reales, se escuchaban alegaciones, criterios y nuevas propuestas, sin embargo no sabían qué la peli-azul era totalmente la salvación de todo el planeta vegita.

—¡SILENCIO!— exclamó, el mayor de los consejeros. —Ya quedó claro, que la niña qué trajimos del planeta azul es demasiado inteligente, nos va a salvar de cualquier ataque qué se avecine, sin mencionar qué está la posibilidad qué nazca un guerrero poderoso por parte de ella.— mencionó el más anciano, levantándose y mostrando un cabello azulado y un mechón del cabello oscuro del príncipe.

—Pero señor, nosotros no estamos muy seguros qué esto pueda pasar, es una posibilidad pero...no está comprobado aún.— alegó uno de los más jóvenes.

—No me interesa, vamos a mandar a unir estos adns, si la compatibilidad sale al 100% tenemos una mujer adecuada para el príncipe, adecuada para toda la raza saiyajin, no vamos a desperdiciar ninguna sola oportunidad, ¿me escucharon?.— gritó al último ésto, para entregar el cabello de ambos y mandarlo secretamente al laboratorio real, si todo saldría bien.

El futuro de vegetasai cambiaría por completo, y eso le favorecía a la raza, sin embargo a otra se la iba empeorar.

[...]
POVB.

—¡Bulma, Bulma!— escuché a Milk gritar desde afuera del laboratorio mi nombre con mucha preocupación y deje mis cosas en el suelo, limpiandome el sudor qué corría por mi frente.

—¿Qué pasa, porqué vienes así toda acelerada, estás bien? —pregunté.

—Bulma, dios mío no se ni cómo empezar, son dos cosas las qué debo contarte pero la primera se trata de ti.— abrí mis ojos sorprendida y escuché cada diálogo qué Milk me trasmitia, era terrible.

—¡NI CREAN QUÉ VOY A ACEPTAR ÉSTO,  QUE ESTÁN PLANEANDO!— apenas escuche a Milk decirme sobre "matrimonio forzoso y arreglado" me encaminé con mis puños cerrados y mi mirada feroz hacía ese maldito consejo real.

—No estás en posición de alterarte, ni mucho menos negarte a hacerlo, eres propiedad del príncipe, nosotros somos sus consejeros, los qué movemos todo aquí, y me temo querida qué haz sido seleccionada para casarte con él, tu sangre es 100% compatible con la del príncipe.— terminaron de decirme, estaba furiosa qué se creían esos 3 hijos de puta al quererme "aparear" con su maldito futuro rey.

—Pues me niego rotundamente a aceptar esta idiotez, están totalmente locos, jamás voy a mezclarme con ese mal nacido qué lo único qué ha echo es hacerme sentir dolor.— mis manos temblaban a pesar que sabía que no podía hacer mucho, el miedo de qué me mataran me invadía.

—Hjm, te recuerdo mujer qué eres mi mascota, yo te elegí, yo decido que hacer y qué no.— el imbecil apenas había llegado a la sala y más rabia me estaba dando, dios mío porque el futuro era tan cruel conmigo, porque no sólo me dejaban en el espacio, no quería, no deseaba y me rehusaba a casarme con un monstruo.

—Váyanse a la mierda, nadie me dijo qué me iba a casar con esta mujer loca, se han vuelto locos ¿van a mezclar la sangre real con una plebeya?—el simio sin cerebro empezó a discutir con sus consejeros, mientras yo daba pasos hacia atrás.

—¿A dónde vas niña?— escuché desde atrás, era el calvo idiota, esclavo de vegeta.

—¡Esto a ti no te importa, déjame ir de aquí, pedazo de animal!.

Forceje lo más qué puede, pero me tenían aprisionada con una bola de simios sin cerebro, este definitivamente iba a ser mi triste y único final.


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