VIII

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El cielo empezaba a tomar sus colores celestes y azules, llegando así un nuevo día. El viento empezó a mecer la cabelleras negra de la ex-soldado. Su paso era lento, tranquilo, Su mirada iba dirigida hacia la aldea tison. Sin detener su paso miro hacía atrás, sin encontrar a Yunan.

Al no encontrarlo, simplemente siguió su camino. El viento parecía jugar con sus hebras negras, el cielo azul empezaba a dominar completamente el cielo. Dando así, un nuevo día, una nueva mañana, y un nuevo comienzo.

Llevo con delicadeza su mano derecha hasta su pecho, pensando en ¿por que se sentía así?

Ignorando ese tipo de pensamientos simplemente siguió su camino pero esta vez con mayor velocidad, llegando así en algunos minutos a la aldea. Encontrando se con el marino sonriendo a los demás aldeanos, mientras les entregaba el tesoro de la mazmorra conquistada.

- ¡________! - sonrió el marino a la ex-soldado llamando la atención de las personas presentes.

- _______! - gritaron los niños de la aldea abrazando a la ex-soldado por la pierna.

La ex-soldado simplemente contesto a aquel cariño con una ligera sonrisa mientras pasaba las yemas de sus dedos entre los cabellos de los niños ligeramente.

- ¡Que bueno que llegas ______! - sonrió el marino con alegría. El sol Iluminaba con delicadeza el rostro del marino, y decir "guapo" quedaba chico, mientras sus largos cabellos del marino se mecieran - Ven!, escoge algo entre las cosas que hay aquí! - propuso el marino. 

Los tesoros que había logrado conseguir en la mazmorra eran hermosos, joyas, dinero, amuletos, etc. Todo era simplemente muy bello. Piedras preciosas con metales como el oro, plata o cobre. Pero abundaba el metal del oro.

La ex-soldado negó con la cabeza, decepcionando un poco al marino. Ella nunca pidió nada material, normalmente, las chicas de su edad pedían joyas o vestidos, pero ella era diferente, nunca pidió nada de eso. El marino siempre pensó que ella solo no miraba los objetos materiales por que no tenía como comprarlos, por ello Sinbad espero una oportunidad como esta para que ella escogiera algo que le gustara.

- ¡Vamos! Insisto _______! - sonrió el marino colocando se detrás de la ex-soldado y dándole pequeños empujones para que se acercara a la mesa donde se encontraba varias joyas que venían en el tesoro del calabozo (mazmorra).

La ex-soldado no respondió. Se quedo callada admirando cierto broche que capto al cien su atención.

Su mirada se fijo simplemente en un pequeño broche de color azul mar. Un color muy parecido a los hermosos ojos de la ex-soldado.

 Un color muy parecido a los hermosos ojos de la ex-soldado

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Cuando Éramos Niños.... | Sinbad Y TuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora