No podía creer lo que oía. En un par de minutos me encontraba en una sala de hospital preguntando por su salud. Tenía cancer. Seguía sin creer.
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Ella
OverigLa observaban todo el tiempo, cada paso, casa risa, cada susurro, cada llanto, cada alegría. Contemplaban su belleza como ninguna otra, como si no existiera nadie a su alrededor, como si fuera solo; ella.
No lo creia
No podía creer lo que oía. En un par de minutos me encontraba en una sala de hospital preguntando por su salud. Tenía cancer. Seguía sin creer.