Siempre había guardado una cámara de repuesto. La active, salí de casa y apareció por mi callejón. –¡Hey espera! –me grito y pare– ¿no hablas mucho? –baje la mirada– solo quiero disculparme – Ya lo haz hecho –dije en un tono de voz muy bajo– ¿puedes hacerme una sesión de fotos? —me pregunto ansiosa, tome una tarjeta de presentación de mi bolso, se la di y me marche.
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Ella
RandomLa observaban todo el tiempo, cada paso, casa risa, cada susurro, cada llanto, cada alegría. Contemplaban su belleza como ninguna otra, como si no existiera nadie a su alrededor, como si fuera solo; ella.