XXIV. Cuida a mi muñeca cuando yo no esté.

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𝕮𝖚𝖎𝖉𝖆 𝖆 𝖒𝖎 𝖒𝖚ñ𝖊𝖈𝖆 𝖈𝖚𝖆𝖓𝖉𝖔 𝖞𝖔 𝖓𝖔 𝖊𝖘𝖙𝖊

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𝕮𝖚𝖎𝖉𝖆 𝖆 𝖒𝖎 𝖒𝖚ñ𝖊𝖈𝖆 𝖈𝖚𝖆𝖓𝖉𝖔 𝖞𝖔 𝖓𝖔 𝖊𝖘𝖙𝖊.

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Los ligeros ruidos de exclamación lo hicieron ser consiente de donde estaba, pero no tenía la fuerza de voluntad para levantarse aún. O eso creyó, hasta que el chillido de Rose lo alertó y levantó la cabeza cuán resorte.

―¿Qué? ¿Qué? ¿Quién murió?― balbuceo un poco confundido.

Rose estaba a su lado, con las piernas recogidas hasta su pecho y un enorme libro sobre estas, tenía las mejillas rojas.

― Lo siento, te desperté ― el rubio se tallo un poco los ojos negando con la cabeza.

― No... ya estaba despertando... ¿Qué ocurre? ¿Te duele algo? Puedo llamar a Patil si quieres...

― No, estoy bien es... sólo... ― le tendió el libro para que pudiera entender.

Scorpius vio que era la página de la poción. Gruño inconscientemente.

―¿De dónde lo has sacado?

― Albus, el vino anoche, cuando estabas dormido... se ha ido pero me lo dejo. Llevo toda la noche leyendo esto... Y ... ¡Agh!― el grito de frustración que ella soltó terminó por despertarlo completamente.
Le tomó la mano, ella sonrió apenas y le devolvió el apretón.

―Si te hace sentir mejor... le partí la cara antes de que se fuera a Azkaban.

―¿De verdad?― Rose sintió como algo se removía en su pecho, el mismo sentimiento que la hizo saltar sobre el para abrazarlo.

Lo escuchó reír.― Eres, literalmente, mi héroe Scorpius Malfoy. ―puso sus pequeñas manos a cada lado de su cara, mirándolo fijamente ― Jamás voy a terminar de agradecértelo...

― ¿Porqué no comienzas ahora?

La sonrisa ladeada del Slytherin la hizo sentir mariposas.

― ¿Qué tienes en mente?― susurró.

VOODOO DOLL | 𝐒𝐜𝐨𝐫𝐨𝐬𝐞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora