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Sí, el sábado, es decir, mi cumpleaños, fue loco.
El domingo fue más de lo mismo, estuve por la mañana conectada y por la tarde estuve hablando con mis padres y dibujando.

Ya era lunes y el sonido del despertador me volvió a despertar (no en serio), tengo que cambiar la canción porque ya me molesta demasiado.
Golpée el despertador para que se quedase en silencio e hice mi rutina de arrastrarme al baño como zombie para prepararme.

Até mi cabello en una coleta baja, me vestí y fui a por mi ropa, tras vestirme bajé y saludé a mis padres quienes se encontraban discutiendo de quien pagaría la luz este mes, mi padre de nuevo iba perdiendo, cuando me escucharon cesaron su pelea, me miraron como si no me hubiese enterado de nada y me sonrieron.
Mi padre me ofreció un nesquick, no me maten, me gusta más que el cola-cao, también me ofreció pan con aceite el cual desapareció en cero coma.

Tras comer fui a lavarme los dientes y vi de nuevo el verdadero horror, ya eran las 8:00 y el instituto empezaba a las 8:30, no sólo eso, el autobús se iba a las 8:05 y ya iba tarde, agarré mi mochila como flash, bajé las escaleras y me despedí con un grito de mis padres para salir corriendo de la casa... creo que me olvidé de cerrar la puerta.

Llegué al autobús justo cuando iba a salir, como el chófer me conoce (tres años yendo al mismo instituto) no se fue, me dejó subir y sentarme en mi sitio de siempre, fila de delante derecha, junto a Aria.

Ahora se me hacia raro verla con el cabello largo y rizado, por supuesto no era dorado, no tenía cuernos ni alas y sus manchas volvían a ser del color de siempre.

--Te debo una colleja por hacerme volar -La miré con el ceño fruncido.
--Yo te debo a ti otra por hacerme ir en tren, colaborar con Melanie para gastarme bromas, obligarme a pagarle la tarta a la otra Melanie y por preocuparme -Ella entrecerró los ojos y yo levanté las manos.
--Uy perdona señora preocupada... aunque no mucho por tus notas -Sonreí burlonamente a lo que ella me golpeó.

Así fue casi todo el día de instituto, nada especial, seguí aburrida porque en tercero no damos ni música ni plástica, lo único que se me da bien aparte de corregirles la ortografía a mis compañeros, saberme los verbos y tener mis títulos de inglés dejando a todos en ridículo, ya sabéis, pan de todos los días.

Cuando volví a casa saludé a mis padres, subí a mi habitación y lancé mi mochila a Ariel sabrá donde, bajé y fui a comer con mis padres quienes al parecer eran unos policías interrogadores de niñas que lo único que quieren es comer sus filetes de pollo y algo de ensalada.
Por fin me dejaron en paz... ¿debería decir aleluya, hallelujah, haleluya o alleluja? Ni idea la verdad.

Subí a mi habitación e hice los deberes mientras toda la clase me preguntaba que cuando habían exámenes y que si les pasaba fotos de los deberes.
Les dejé en visto, en especial al chico que no para de molestar en matemáticas.

Cuando por fin terminé los veinte ejercicios de matemáticas (sin exagerar, eran 20 ejercicios de ecuaciones) me tumbé en mi cama, me puse mi casco de Ormana y...
Nada, no pude relajarme, botón trasero allá vo-
Ah mira, me relajé en el último momento.

Supongo que esto no lo sabéis pero se aparece en el último lugar donde estabas tras la última conexión, en mi caso era una misión de cazar jabalíes junto a Aria y Ariel en el bosque.
Ariel ya estaba ahí conectado haciendo flechas con madera, me vio aparecer y me saludó con la cabeza como dando una señal para que me pusiera en guardia, y eso hice.
Apreté el botón negro de mi cinturón haciendo que apareciese mi cetro, era un cetro blanco nuclear con un diseño de plata bastante guay, arriba del todo tenía una bola negra como un agujero negro flotando y alrededor más partes blancas flotando, con detalles plateados.

Por fin Aria se conectó.

--Te odio. -Fue lo que me dijo.
--Aria, como te digo que tienes que apuntar los deberes -Eso se lo dije yo mientras Ariel sólo observaba.
--Tienes que apuntar los deberes -Dijo Ariel.
--Tiinis qii ipiintir lis dibiris -Adivinad quien dijo eso molesta.
--Ya para y vamos a seguir cazando los jabalíes. -Ese comentario salió de Ariel
--Lo siento Aria -Dije mirandola.

Ella levantó una ceja.

--Sé que te cuesta matar miembros de tu familia -Dije fingiendo tristeza.
--¿Eh?
--Ya sabes, los jabali- -Me pegó una colleja.
--Para con los chistes malos.
--Oh si, lo dice la de "cuidado que nos estropellan"
--Parecéis niñas pequeñas -Dijo Ariel molesto- Vamos de una maldita vez.

Tras un suspiro por parte de nosotras dos nos fuimos a la zona donde estaban los jabalíes.
Sólo necesitábamos cazar diez, al menos eso es lo que nos dijeron ayer en la misión.

El plan era que yo les atrapara con una Red mágica, agité el báculo leí una página del libro que Melanie me prestó (La del gremio).

--Capturam -Al decirlo la Red apareció alrededor de los diez jabalíes.

Aria fue rápidamente para espantar al resto de jabalíes y que no intentase liberarlos, Ariel lanzó flechas haciendo que nuestra misión se cumpliese, aunque...

Un jabalí gigante lanzó por el cielo a Aria haciendo que terminase Ariel sabe dónde.

(A partir de ésta parte narra Aria)

No sé qué cojines y almohadas pasó, habíamos conseguido nuestra misión y al segundo estaba volando por el cielo porque una bestia salvaje me había golpeado, ah mira, ahí está el suelo.

...
Espera...
EL SUELO

Abrí mis alas rápidamente antes de caer para no matarme, pero llamé la atención de una chica de otro gremio que conocía demasiaaaaaado bien.

--Aria -Dijo mirándome con una ceja levantada.

Su cabello castaño y liso le seguía llegando justo por los hombros, sus ojos azules seguían destruyendo toda la confianza de las personas a su alrededor (menos a mi); sus orejas de elfo llamaban la atención por las decoraciones blanco nuclear que habían, su traje de guardiana seguía tan limpio e inmaculado como siempre... su cuerpo seguía tan "masculino" como siempre.

--Iris -Rodé los ojos- Tranquila, ya me iba.
--¿Tan torpe eres como para haber sido lanzada hasta acá? Vete antes de que alguien más te vea en nuestro gremio o sabes que te denunciarán. -Tan fría como siempre.
--Sisi, que ya me voy pesada -Abrí mis alas y me fui de ahí para volver a donde estábamos.

(Vuelve a narrar Zoé)

Tras unos minutos de mirar al cielo por si encontrábamos a Aria, la misma chica que salió despedida en el aire volvió volando con una cara de molestia que parecía que se había amargado de por vida.

--Ariel, adivina a quien me encontré -Dijo rodando los ojos.
--¿A quién? -Preguntó curioso.
--A Iris.
--¿En serio?
--Sí.
--¿Te golpeó?
--No...
--¡Maldita sea!
--¿Qué has dicho?
--¿Qué he dicho?
-- No sé tu dime.
--Esto chicos -Me metí en su conversación- ¿Quién es Iris?

Ormana [[DISCONTINUED]]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora