13 - Encuentro

1.6K 167 12
                                    

Narra Namjoon.

Día y noche investigando. Día y noche pensando en lo que haría después de encontrar a mi querido hijo, Taehyung.
Antes de todo, tendría que encontrar a Min YoonGi; el maldito secuestrador lunático.

La mayoría del tiempo lo pasaba con policías e investigadores, hacían lo posible para encontrarlos a todos o hallar pistas, sobre qué han hecho con él, o incluso si ya ha muerto.

-Quiero que intenten contactar con Min YoonGi. El mismo número con el que me llamó semanas atrás. ¡Ahora! -exigí. Para encontrar a Taehyung, sería capaz de arriesgar hasta mi propia vida. Definitivamente yo encontraría a YoonGi.

-Entendido, jefe.

Los pitidos provenientes del teléfono que usaba el policía se me hacían eternos. Había estado todos estos días estresado, trabajando para encontrar a mi jodido hijo.

Nadie respondió. Como me lo esperaba.
De pronto, recibí una llamada de un número oculto, miles de ideas se me pasaron por mi cabeza, y contesté.

-¡¿Hola?! -pregunté alterado.

-Vaya, no pensé que volveríamos a hablar.

-¡Bastardo! -grité-. ¡¿Dónde coño estás?! ¿¡Y mi hijo?! ¡Devuélvemelo ahora cabrón! -seguía gritando, cada vez sentía más y más ira, a este paso saldría yo a buscarlo.

-Tranquilidad cariño. ¿Me has enviado el dinero ya?

-Sí. Treinta millones de Wons -respondí más calmado-. Por favor, dame a mi hijo, ya te he pagado e hicimos un trato.

-Eso ya lo veremos. -colgó el desgraciado.

-Iré a buscarlo yo mismo -reclamé.

-Usted no puede ir Señor Kim. Es muy peligroso y no sabemos exactamente dónde están.

-¡Rastreen la llamada, ya!

Los policías comenzaron a hacer todo tipo de maniobras frente los ordenadores intentando rastrear al móvil de YoonGi.

-No tiene ningún tipo de información, y al parecer está demasiado lejos como para llegar a hackear su dispositivo.

Cómo no, no era el propio móvil de YoonGi.

-¡No sé que más hacer! -grité rindiéndome, cayéndome al suelo y soltando pequeñas lágrimas de desesperación. No podía estar así mucho tiempo más. No era posible.

💰

Cuatro años antes.

Estaba frente a frente contra Min. Hace mucho me habían invitado para que viniera a jugar y, no entendía el porqué, pero cedí.

Las cartas se nos mostraron ante nosotros, se necesitaba suma concentración como para poder jugar contra alguien experto en el tema. Yo no me consideraba tan bueno, pero era aceptable.
Recuerdo que, antes de llegar, me dijeron que apostara una gran cantidad de dinero porque según él, no perdería nada. Al principio no confié mucho en eso, pero luego me pregunté:

¿Qué pierdo?

Estábamos a mitad de la jugada y yo claramente iba ganando. Me sorprendí ante mí mismo, nunca creí que iría en tanta ventaja contra un profesional. De hecho, él podría perfectamente haber ganado, si hubiera usado sus mejores cartas.

Podría haber ganado.

Nunca entendí por qué quiso perder tanto dinero contra mí, no éramos amigos ni mucho menos, y aún no creía en esa confianza.

Faltaban unos pocos movimientos para que uno de los dos ganara la partida.
Saqué lo mejor de mí para vencer a Min, y conseguir la victoria. Éste no parecía nada enfadado o rabioso, con haber perdido la mitad de sus ganancias. Me era indiferente.

Ahora entendía, por qué esa actitud.
Ahora entendía, por qué se dejó perder.
Ahora entendía, por qué insistió tanto contra mí.
Ahora entendía, que lo había arruinado todo.

YoonGi se dejó perder para simplemente hacer la excusa de querer robarme, o recuperar su dinero, solo para llevarse a Taehyung.
Pero, ¿por qué quería a Taehyung? ¿Por qué se lo llevó a él? ¿Qué estaba pasando?

Era la última pieza del puzzle para entender toda esta atrós situación.
Me pasé mucho tiempo sin dormir para entenderlo, nunca pude.
¿Cómo es que nunca me dí cuenta que ese hombre solo quería a Taehyung? ¿Cómo es que nunca me dí cuenta que me usó solo para hacer su cometido?

Cuando mí esposa murió, prometí cuidar de Taehyung hasta el resto de mí vida, y lamentablemente he fracasado. Le he fallado.

💰

Desperté, aparentemente en una sala de hospital. Miré a mi alrededor y me encontré con uno de mis viejos amigos, Kim Seok Jin.

-¡Nam! Despertaste -dijo con emoción y a la vez dando un suspiro de cansancio-. Me contaron que te desmayaste por tanto estrés, también lo de tu hijo, ¡lo siento tanto!

-Oh, eso... No pasa nada -respondí con una sonrisa de despreocupación.

-¿Seguro? Nam, quiero quedarme contigo para asegurarme de que estés bien, somos amigos desde hace muchos años y no te dejaré. Menos en esta situación -tomó mi mano.

-Jinnie, no te preocupes, estaré bien.

Entró una delgada enfermera con un largo cabello rojizo a la sala, llevando unos cuantos papeles y un bolígrafo en mano.

-¿Señor Kim? Ha sufrido solo un leve desmayo que no ha causado ningún daño, podría tomar un pequeño descanso para evitar más de estos inoportunos hechos -dijo y se retiró de la sala con una sonrisa.

-Bien -respondí.
Iba a salir de aquí ahora mismo, seguiría con la investigación y no pararía hasta encontrarlo.
Firmé un largo papeleo para poder darme de alta y salir del hospital, con Seok Jin a mi lado.

Subimos a mi coche que mi asistente personal me había enviado.
Un BMW Serie tres, color negro.
Ninguno hablaba en todo el camino, hasta que Jin al fin rompió el silencio.

-¿Cómo lo llevas, Nam? -me preguntó mirando hacia la ventana, bastante incómodo.

-Bien, no te preocupes.

-Te conozco, y eso no es estar bien -dijo mirándome a los ojos-. Y como buen amigo, podrás desahogarte conmigo y contarmelo todo, sabes que siempre he estado para tí, y nunca te dejaré -añadió lo último esta vez tomando mi mano.

-Lo sé, y por eso te quiero -le miré yo a los ojos, aprovechando el rojo del semáforo. También notando un leve rubor en sus mejillas.
Por impulso, acercó su rostro al mío y unió nuestros labios en un cálido beso, no sé cuánto tiempo estuvimos hundidos en nuestro propio mundo, pensando en solo nosotros dos, hasta que oí las bocinas de los coches y me hicieron despertar de mi trance para volver a arrancar el vehículo.

No sé lo que había ocurrido, pero los dos estábamos completamente rojos, con mucha vergüenza como para volver a hablarnos.
Llegamos a mi mansión y nos bajamos del auto, entrando por el luminoso pasillo, dejando ver la enorme sala de estar, con un ventanal mirando hacia la piscina del patio exterior.

-Toma asiento, siéntete como en casa -dije avergonzado-. Tengo que completar unos papeleos pendientes abajo, si tienes sueño puedes ir a mi cuarto. Arriba, segunda puerta a la derecha.

-Esta bien. Gracias, Nam.

-De nada -dije, y me retiré del lugar para seguir con la búsqueda.

‏‏

-----------------

Seee viiinoooo
NamJin pal pueblo, ratas

i'm fine ; yoontae. +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora